La Reina de las HADAS:
La Reina de las Hadas alza el vuelo al amanecer, coronada de primavera, tras los rayos del alba, rodeada de sílfides y de ondinas, y recostada en cada uno de nuestros sueños con el firme propósito de embellecer nuestro momento presente y de moldear nuestras expectativas, filtrando la belleza en la luz de nuestros pensamientos y bailando al son de la música de nuestro inconsciente
La Reina de las Hadas conoce la profundidad de nuestra alma y es la guardiana de nuestra intimidad. Por eso, puede hilvanar en nuestras emociones más recónditas un hilo mágico de escarcha de felicidad y de conocimiento, transformando el jardín de nuestros sentimientos y secretos
La Reina de las Hadas es vigía de nuestro Reino Interior y su misión es procurarnos equilibrio e ilusión. Por eso, ella mora en nuestros corazones y sólo a veces podemos oír su dulce voz, mientras nos preguntamos cómo caminar en el sendero de la vida, cuando las estrellas están a punto de presidir la bóveda celeste y nosotros a punto de entregarnos al plácido descanso de la noche
Escrito por Mª Jesús Verdú Secases
La Reina de las Hadas alza el vuelo al amanecer, coronada de primavera, tras los rayos del alba, rodeada de sílfides y de ondinas, y recostada en cada uno de nuestros sueños con el firme propósito de embellecer nuestro momento presente y de moldear nuestras expectativas, filtrando la belleza en la luz de nuestros pensamientos y bailando al son de la música de nuestro inconsciente
La Reina de las Hadas conoce la profundidad de nuestra alma y es la guardiana de nuestra intimidad. Por eso, puede hilvanar en nuestras emociones más recónditas un hilo mágico de escarcha de felicidad y de conocimiento, transformando el jardín de nuestros sentimientos y secretos
La Reina de las Hadas es vigía de nuestro Reino Interior y su misión es procurarnos equilibrio e ilusión. Por eso, ella mora en nuestros corazones y sólo a veces podemos oír su dulce voz, mientras nos preguntamos cómo caminar en el sendero de la vida, cuando las estrellas están a punto de presidir la bóveda celeste y nosotros a punto de entregarnos al plácido descanso de la noche
Escrito por Mª Jesús Verdú Secases