LA ZORRA “MARUXIÑA” Y EL LOBO “XUAN”
Érase una vez una zorra que se llamaba Marusiña y un lobo que se llamaba Xuán, tenían la guarida en el monte de “Valdelablano” término municipal de Garueña, limítrofe con el de Sosas del Cumbral y Villapán y ejercían sus fechorías por toda “la redonda”.
El año de caza era muy malo, ambos tenían solo el pellejo y se les marcaban todas las costillas y decidieron unirse para cazar a ver si así pintaban mejor las cosas y podían llevarse algo caliente a la boca, pues en los últimos tiempos solo habían comido unos grillos que cogían “al salto” en los gatiñales de “Porquín”.
El caso es que una buena mañana salen los dos socios por los “Rozos del monte” abajo y al llegar cerca de la Fuente de “Llamacerrada” ven enredado en un espino a un carnero del “ Tío Jusepín” lo atacan y a duras penas consiguen acabar con él quedando los dos para el arrastre, cuando se disponían a hincarle el diente la zorra dice sentirse muy mal y convence al lobo de que es mejor enterrarlo y dejarlo para otro día y mientras tanto recuperarse, así lo deciden y lo entierran debajo un piorno.
De vuelta a la guarida el lobo no pensó en otra cosa durante toda la noche que en comerse el carnero y a la mañana temprano ya estaba despertando a la zorra para ir a darse un festín, Marusiña le dice: Ay Xuán hoy no podrá ser, me olvidaba de decirte que precisamente hoy tengo un bautizo en Manzaneda (cerca de la casa de la Vieja) del hijo de una hermana mía y no puedo faltar pues soy la madrina, bueno pues que se va a hacer dijo el lobo ven pronto y tráeme “los perdones”.
El lobo se volvió a la cama a matar el hambre y la zorra mientras tanto se fue a donde estaba el carnero lo desenterró y comió hasta que se hartó. Volvía de ello con una barriga que le llegaba a los píes cuando se encontró al lobo que cazaba algún que otro grillo para no morirse de hambre, al verla el lobo se puso muy contento y le dijo: ¿Que tal el bautizo Marusiña?, ¿me trajiste los perdones? Y le dice la raposina: calla lobo calla, que con tanto cura, tanto fraile y tanta gente honrada no te pude traer nada, bueno pues que se le va a hacer contestó el lobo ¿y como pusieron al niño? “Empezelo” contesta Marusiña (había empezado el carnero) y a propósito estoy muy mala si me llevaras a cuestas un ratín te lo agradecería en el alma y dicho y hecho de un salto se encaramó en los lomos del pobre animal que con el peso de la zorra y la debilidad por el hambre casi se cae de morros y en esto empieza la zorra a cantar “estando mi barriga farta y repantigada mi compadre el lobo arrujas me llevaba”, que dices Marusiña, que dices dijo el lobo, nada que estoy muy mala lobo que estoy muy mala.
Esa noche el pobre Xuán la pasó como ánima en pena esperando el amanecer para ir a comer del carnero y bien pronto despertó a Marusiña que enfadada le dijo: Hoy tampoco podrá ser Xuán que tengo otro bautizo, ¡malalla tu y tus bautizos! Contestó el pobre bicho y ¿donde es esta vez?, pues en Sosas del Cumbral, (cerca de la fuente de las Burbuchas), en Pico Pelao, del hijo de otra hermana mía (ya sabes que las zorras solemos tener familias muy numerosas y a este bautizo tampoco puedo faltar que también soy la madrina. Bueno pues que se le va a hacer, tráeme los perdones y esta vez no te olvides que estoy que me muero de hambre.
La raposa volvió al lugar donde se encontraba el carnero y comió hasta que lo demedió, (se comió la mitad del carnero), lo enterró otra vez muy enterrado, se tumbó al sol a dormir la siesta y cuando le pareció volvió a la madriguera a descansar la panza, al llegar se encontró al pobre Compañero muy débil, ya solo tenía huesos, pellejo, orejas y rabo y con voz muy cansina le preguntó, Que tal el bautizo Marusia?, me trajiste los perdones?, a lo que esta responde: Calla lobo calla que con tanto cura, tanto fraile y tanta gente honrada no te pude traer nada, hay que pena mas grande dijo el lobo y como pusisteis al neno?, “Demedielo” (había comido la mitad del carnero) y calla la boca Xuán que hoy vengo muy cansada y dicho esto se puso a roncar como una descosida mientras el lobo aullaba de hambre canina.
La del alba sería cuando el lobo Xuán despertó a la zorra Marusiña para esta vez ya sin excusas ir a comer el carnero tan deseado, la boca se le hacía agua solo el pensarlo, y marusiña despegando toda su zorrería le convenció de que esta vez tampoco podría ser que tenía otro bautizo, esta vez en Vegarienza (en la sierra, cerca de Prao Redondo) y que le era del todo punto imposible el faltar a dicho acto pues de nuevo era la madrina, el lobo muy enfadado le exigió que esta vez si le trajera los perdones o se moría de hambre antes de dar buena cuenta del sabroso y gordo carnero.
La taimada raposa vuelve al lugar de los hechos, desentierra el carnero y dándose un festín lo consigue terminar, solo quedaron los huesos y el pellejo, se dió una vuelta, para hacer tiempo y bajar la barriga, por “la Folguera” y atardecido se presentó en la cubil donde la aguardaba un Xuán que ya solo tenía dientes, éste al verla le imploro ¿que me trajiste Marusiña? A lo que ella le dijo: calla lobo calla, que con tanto cura, tanto fraile y tanta gente honrada no te pude traer nada. Al lobo casi le da un síncope, pero por educación le preguntó y como llamasteis esta vez al neno? “Acabelo” (se había comido todo el carnero) replica la zorra y por favor déjame dormir que vengo reventada, mañana mismo vamos a comer el dichoso carnero.
No habían ni tocado Diana los gallos de Villapán y ya estaban nuestros dos protagonistas en busca del carnero, el lobo iba delante con la lengua afuera y la zorra detrás arrastrando la barriga, al llegar al piorno de marras donde debería estar enterrado el carnero el lobo empezó a escarbar y de allí solo salieron los restos del animal, (los cuernos y el pellejo), entonces Marusiña comenzó a gemir y a dar grandes voces al lobo, diciéndole: Hay pobre de mi, sin vergüenza, canalla, mal amigo, que mientras yo estaba cumpliendo mi obligación, ejerciendo de madrina, tu te has comido el carnero.
El pobre Xuán no salía de su asombro y replicaba, que no Marusia, que no, que yo no fui, que serían los perros de Valbueno o de la Venta de Aguasmestas, que yo no fui, pero Marusiña no acepto sus excusas y haciéndose la ofendida disolvió allí mismo la sociedad con el pobre Xuán y lo despidió, la muy zorra, con cajas destempladas.
Dicen las malas lenguas que se dirigió a Cornombre, donde había otro lobo soltero a quién engañar y cuentan las leyendas que siguió haciendo de las suyas.
Del pobre lobo nunca más se supo, la última vez que lo vieron fué en Villaceid, pero ya era muy viejo, no tenía casi dientes, estaba sordo, veía muy mal y cuentan que vivía de la caridad cristiana.
(DEDICADO A NUESTROS ANTEPASADOS QUE NOS LEGARON ESTAS MARAVILLOSAS HISTORIAS)
Érase una vez una zorra que se llamaba Marusiña y un lobo que se llamaba Xuán, tenían la guarida en el monte de “Valdelablano” término municipal de Garueña, limítrofe con el de Sosas del Cumbral y Villapán y ejercían sus fechorías por toda “la redonda”.
El año de caza era muy malo, ambos tenían solo el pellejo y se les marcaban todas las costillas y decidieron unirse para cazar a ver si así pintaban mejor las cosas y podían llevarse algo caliente a la boca, pues en los últimos tiempos solo habían comido unos grillos que cogían “al salto” en los gatiñales de “Porquín”.
El caso es que una buena mañana salen los dos socios por los “Rozos del monte” abajo y al llegar cerca de la Fuente de “Llamacerrada” ven enredado en un espino a un carnero del “ Tío Jusepín” lo atacan y a duras penas consiguen acabar con él quedando los dos para el arrastre, cuando se disponían a hincarle el diente la zorra dice sentirse muy mal y convence al lobo de que es mejor enterrarlo y dejarlo para otro día y mientras tanto recuperarse, así lo deciden y lo entierran debajo un piorno.
De vuelta a la guarida el lobo no pensó en otra cosa durante toda la noche que en comerse el carnero y a la mañana temprano ya estaba despertando a la zorra para ir a darse un festín, Marusiña le dice: Ay Xuán hoy no podrá ser, me olvidaba de decirte que precisamente hoy tengo un bautizo en Manzaneda (cerca de la casa de la Vieja) del hijo de una hermana mía y no puedo faltar pues soy la madrina, bueno pues que se va a hacer dijo el lobo ven pronto y tráeme “los perdones”.
El lobo se volvió a la cama a matar el hambre y la zorra mientras tanto se fue a donde estaba el carnero lo desenterró y comió hasta que se hartó. Volvía de ello con una barriga que le llegaba a los píes cuando se encontró al lobo que cazaba algún que otro grillo para no morirse de hambre, al verla el lobo se puso muy contento y le dijo: ¿Que tal el bautizo Marusiña?, ¿me trajiste los perdones? Y le dice la raposina: calla lobo calla, que con tanto cura, tanto fraile y tanta gente honrada no te pude traer nada, bueno pues que se le va a hacer contestó el lobo ¿y como pusieron al niño? “Empezelo” contesta Marusiña (había empezado el carnero) y a propósito estoy muy mala si me llevaras a cuestas un ratín te lo agradecería en el alma y dicho y hecho de un salto se encaramó en los lomos del pobre animal que con el peso de la zorra y la debilidad por el hambre casi se cae de morros y en esto empieza la zorra a cantar “estando mi barriga farta y repantigada mi compadre el lobo arrujas me llevaba”, que dices Marusiña, que dices dijo el lobo, nada que estoy muy mala lobo que estoy muy mala.
Esa noche el pobre Xuán la pasó como ánima en pena esperando el amanecer para ir a comer del carnero y bien pronto despertó a Marusiña que enfadada le dijo: Hoy tampoco podrá ser Xuán que tengo otro bautizo, ¡malalla tu y tus bautizos! Contestó el pobre bicho y ¿donde es esta vez?, pues en Sosas del Cumbral, (cerca de la fuente de las Burbuchas), en Pico Pelao, del hijo de otra hermana mía (ya sabes que las zorras solemos tener familias muy numerosas y a este bautizo tampoco puedo faltar que también soy la madrina. Bueno pues que se le va a hacer, tráeme los perdones y esta vez no te olvides que estoy que me muero de hambre.
La raposa volvió al lugar donde se encontraba el carnero y comió hasta que lo demedió, (se comió la mitad del carnero), lo enterró otra vez muy enterrado, se tumbó al sol a dormir la siesta y cuando le pareció volvió a la madriguera a descansar la panza, al llegar se encontró al pobre Compañero muy débil, ya solo tenía huesos, pellejo, orejas y rabo y con voz muy cansina le preguntó, Que tal el bautizo Marusia?, me trajiste los perdones?, a lo que esta responde: Calla lobo calla que con tanto cura, tanto fraile y tanta gente honrada no te pude traer nada, hay que pena mas grande dijo el lobo y como pusisteis al neno?, “Demedielo” (había comido la mitad del carnero) y calla la boca Xuán que hoy vengo muy cansada y dicho esto se puso a roncar como una descosida mientras el lobo aullaba de hambre canina.
La del alba sería cuando el lobo Xuán despertó a la zorra Marusiña para esta vez ya sin excusas ir a comer el carnero tan deseado, la boca se le hacía agua solo el pensarlo, y marusiña despegando toda su zorrería le convenció de que esta vez tampoco podría ser que tenía otro bautizo, esta vez en Vegarienza (en la sierra, cerca de Prao Redondo) y que le era del todo punto imposible el faltar a dicho acto pues de nuevo era la madrina, el lobo muy enfadado le exigió que esta vez si le trajera los perdones o se moría de hambre antes de dar buena cuenta del sabroso y gordo carnero.
La taimada raposa vuelve al lugar de los hechos, desentierra el carnero y dándose un festín lo consigue terminar, solo quedaron los huesos y el pellejo, se dió una vuelta, para hacer tiempo y bajar la barriga, por “la Folguera” y atardecido se presentó en la cubil donde la aguardaba un Xuán que ya solo tenía dientes, éste al verla le imploro ¿que me trajiste Marusiña? A lo que ella le dijo: calla lobo calla, que con tanto cura, tanto fraile y tanta gente honrada no te pude traer nada. Al lobo casi le da un síncope, pero por educación le preguntó y como llamasteis esta vez al neno? “Acabelo” (se había comido todo el carnero) replica la zorra y por favor déjame dormir que vengo reventada, mañana mismo vamos a comer el dichoso carnero.
No habían ni tocado Diana los gallos de Villapán y ya estaban nuestros dos protagonistas en busca del carnero, el lobo iba delante con la lengua afuera y la zorra detrás arrastrando la barriga, al llegar al piorno de marras donde debería estar enterrado el carnero el lobo empezó a escarbar y de allí solo salieron los restos del animal, (los cuernos y el pellejo), entonces Marusiña comenzó a gemir y a dar grandes voces al lobo, diciéndole: Hay pobre de mi, sin vergüenza, canalla, mal amigo, que mientras yo estaba cumpliendo mi obligación, ejerciendo de madrina, tu te has comido el carnero.
El pobre Xuán no salía de su asombro y replicaba, que no Marusia, que no, que yo no fui, que serían los perros de Valbueno o de la Venta de Aguasmestas, que yo no fui, pero Marusiña no acepto sus excusas y haciéndose la ofendida disolvió allí mismo la sociedad con el pobre Xuán y lo despidió, la muy zorra, con cajas destempladas.
Dicen las malas lenguas que se dirigió a Cornombre, donde había otro lobo soltero a quién engañar y cuentan las leyendas que siguió haciendo de las suyas.
Del pobre lobo nunca más se supo, la última vez que lo vieron fué en Villaceid, pero ya era muy viejo, no tenía casi dientes, estaba sordo, veía muy mal y cuentan que vivía de la caridad cristiana.
(DEDICADO A NUESTROS ANTEPASADOS QUE NOS LEGARON ESTAS MARAVILLOSAS HISTORIAS)