Fiesta en León:
PERELéTEGUI / M.C. CACHAFEIRO
La tarde más esperada del ciclo de San Juan respondió a las expectativas. Esta vez la emoción en el ruedo compartió protagonismo con dos percances que pusieron de manifiesto el pundonor y la garra de quien quiere ser figura del toreo.
El Fandi se rompió el metacarpiano del dedo índice de su mano derecha al poner un par de banderillas al sexto de la tarde, segundo de su lote, y Cayetano sufrió una aparatosa cornada de trayectoria ascendente en la cara interna de muslo de derecho de unos 5 centímetros de longitud al ser volteado por el último toro de Zalduendo de la tarde. La tragedia rondó el coso leonés al ver como el astado elevaba al torero por los aires. Pero Cayetano se levantó y, después de unos instantes de tensión, siguió toreando a un toro bronco al que sometió a base de valor.
Poco antes El Fandi había demostrado también sus ganas de ser figura. Pese a la rotura en ese dedo, cogió la muleta con la mano izquierda. Con evidentes muestras de dolor, llegó a matar al toro, un esfuerzo que posiblemente complicara más su lesión. Según los doctores de la plaza, el torero granadino puede tener para 40 días, mientras que Cayetano espera estar ya mañana en la feria de Burgos.
TARDE TRIUNFAL
El balance de la corrida no pudo ser mejor. El Fandi cortó cuatro orejas —las del sexto tuvieron que llevárselas a la enfermería—, mientras que Ponce, Castella y Cayetano se quedaron en dos, suficientes también para salir por la puerta grande, de la que sólo pudieron disfrutar Ponce y Castella. El Fandi y Cayetano tuvieron que abandonar la plaza por la zona de la enfermería.
Enrique Ponce comprobó una vez más que León es una plaza que quiere y donde le quieren. El diestro de Chiva demostró en el ruedo su condición de figura del toreo. Castella estuvo ido en el primero, pero poderoso en el segundo. El Fandi es un terremoto con las banderillas, y ayer lo volvió a demostrar. Cayetano, que se presentaba en León por primera vez, demostró que quiere ser figura del toreo. Ayer, lo pagó con sangre. El viernes, la feria se despide con un festejo de rejones.
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PERELéTEGUI / M.C. CACHAFEIRO
La tarde más esperada del ciclo de San Juan respondió a las expectativas. Esta vez la emoción en el ruedo compartió protagonismo con dos percances que pusieron de manifiesto el pundonor y la garra de quien quiere ser figura del toreo.
El Fandi se rompió el metacarpiano del dedo índice de su mano derecha al poner un par de banderillas al sexto de la tarde, segundo de su lote, y Cayetano sufrió una aparatosa cornada de trayectoria ascendente en la cara interna de muslo de derecho de unos 5 centímetros de longitud al ser volteado por el último toro de Zalduendo de la tarde. La tragedia rondó el coso leonés al ver como el astado elevaba al torero por los aires. Pero Cayetano se levantó y, después de unos instantes de tensión, siguió toreando a un toro bronco al que sometió a base de valor.
Poco antes El Fandi había demostrado también sus ganas de ser figura. Pese a la rotura en ese dedo, cogió la muleta con la mano izquierda. Con evidentes muestras de dolor, llegó a matar al toro, un esfuerzo que posiblemente complicara más su lesión. Según los doctores de la plaza, el torero granadino puede tener para 40 días, mientras que Cayetano espera estar ya mañana en la feria de Burgos.
TARDE TRIUNFAL
El balance de la corrida no pudo ser mejor. El Fandi cortó cuatro orejas —las del sexto tuvieron que llevárselas a la enfermería—, mientras que Ponce, Castella y Cayetano se quedaron en dos, suficientes también para salir por la puerta grande, de la que sólo pudieron disfrutar Ponce y Castella. El Fandi y Cayetano tuvieron que abandonar la plaza por la zona de la enfermería.
Enrique Ponce comprobó una vez más que León es una plaza que quiere y donde le quieren. El diestro de Chiva demostró en el ruedo su condición de figura del toreo. Castella estuvo ido en el primero, pero poderoso en el segundo. El Fandi es un terremoto con las banderillas, y ayer lo volvió a demostrar. Cayetano, que se presentaba en León por primera vez, demostró que quiere ser figura del toreo. Ayer, lo pagó con sangre. El viernes, la feria se despide con un festejo de rejones.
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