Ya os dije que volveríamos y volvimos. Esta vez para ganarle, por fin, al
barça, una final. No hay nada como ser perseverante. Nos ha costado 31 años pero aquí estamos más
felices que unas lombrices. Por cierto, no mandéis tantas
fotos de golpe de las
fiestas o del
pueblo, más que nada porque ante tanta avalancha no doy abasto. Se me queda el ordenador turulato. Besines