Como a toda buena comida no le podía faltar el café y las esencias espirituosas, a las que tan aficionados son en Grajal, todo lo que os podáis imaginar que se puede hacer, con orujo o aguardiente, se hace, viciosillos que sois unos viciosillos. Lo que nos lleva a los templos de Grajal, pero eso es otra historia.