Como casi siempre, la torre de la iglesia toma protagonismo en las fotografias del pueblo de Grajal. La torre junto a las bodegas son, posiblemente, lo más carecteristico y conocido del pueblo. De toda la vida de dios las gentes de Grajal han sido asiduos visitantes de tan estrañas cuevas a darse un homenaje de comida y bien regado con vino de la tierra. Mi primer patinazo con el vino tuvo como protagonista una de las muchas bodegas del pueblo. Era verano y hacía un sol de justicia, yo tenía 5 o 6 años y acompañé a mi abuelo en una visita a su bodega. Yo llevaba una bota pequeña de plástico con agua y como se me acabó pues no se le ocurrio otra cosa a mi abuelete que llenarme la bota de vino. No recuerdo como salí de aquel agujero. Codazos para todos