De pequeño, osea en el siglo pasado, oia hablar de las ocho maravillas del mundo, lo que no sabía es que la mitad de ellas estaban en el jardin de mi primita. No hace mucho le ha añadido otra maravilla, esta vez procedente de las costas gallegas. Si es que no se cansa, si es que va a tener que comprarse unas mil hectareas alrededor de su casa para seguir expansionando su increible jardin. Si es que no hay un Pelaez que sea medio normal y si encima los mezclas con un Fernández pues la terminas de joder, uy perdón.