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Saludos: Quiero a través de este foro dejar constancia del maravilloso día que pudimos disfrutar el pasado día 2 de agosto, gracias a la masiva asistencia de los que nos dimos cita en EL III ENCUENTRO DE FAMILIAS OMAÑESAS en La Puebla del Castillo.
En la tranquila campa, rodeada de montes verdes, y a la orilla del "Rio de los Recuerdos", el Omaña, donde los más jóvenes y atrevidos probaron en la zona de baño, bajo el castillo de Benar, sus gélidas aguas, incluso en agosto. Allí, en la campa, frente a la casa de Genaro en otros tiempos, y ahora hermoso refugio de sus hijas y nietos, allí el baile tuvo lugar a la antigua usanza, recordando aquellas fiestas del día de Pascua, al ritmo del acordeón tocado por Haydée (nieta de la desaparecida Esther, una de las mejores pandereteras del lugar), Francisco, con su guitarra eléctrica, nos hizo disfrutar recordando canciones de nuestra juventud, y yo con la dulzaina, acompañado al redoblante por Francisco (excelente percusionista, todos con la mejor voluntad, conseguimos que el personal se arrancara a bailar: tangos, pasodobles, jotas, etc...
En fin, un día para recordar siempre, en el que no faltaron saludos, abrazos, extendida conversación, ensalzamiento de nuestra tierra y recuerdo para los que en otro tiempo pudieron disfrutar de la fiesta y que por una u otra razón no estaban presentes.
Bueno, hasta la próxima. Un abrazo omañés.
En la tranquila campa, rodeada de montes verdes, y a la orilla del "Rio de los Recuerdos", el Omaña, donde los más jóvenes y atrevidos probaron en la zona de baño, bajo el castillo de Benar, sus gélidas aguas, incluso en agosto. Allí, en la campa, frente a la casa de Genaro en otros tiempos, y ahora hermoso refugio de sus hijas y nietos, allí el baile tuvo lugar a la antigua usanza, recordando aquellas fiestas del día de Pascua, al ritmo del acordeón tocado por Haydée (nieta de la desaparecida Esther, una de las mejores pandereteras del lugar), Francisco, con su guitarra eléctrica, nos hizo disfrutar recordando canciones de nuestra juventud, y yo con la dulzaina, acompañado al redoblante por Francisco (excelente percusionista, todos con la mejor voluntad, conseguimos que el personal se arrancara a bailar: tangos, pasodobles, jotas, etc...
En fin, un día para recordar siempre, en el que no faltaron saludos, abrazos, extendida conversación, ensalzamiento de nuestra tierra y recuerdo para los que en otro tiempo pudieron disfrutar de la fiesta y que por una u otra razón no estaban presentes.
Bueno, hasta la próxima. Un abrazo omañés.