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VIVIENDAS:
La vivienda tradicional constaba de dos plantas. En la planta baja estaban las cuadras para el ganado o las bodegas. En la planta alta se situaba la vivienda, aprovechándose así el calor de los animales que se encontraban debajo. Su fachada se caracteriza por un elemento típico: el corredor con columnas y balaustrada de madera. Son de piedra y con techado de pizarra. La separación de las habitaciones se hacía de mimbre y se encalaban a modo de paredes.
En el interior era típica la cocina vieja u hogar. Las cocinas destacan por su característico color negruzco debido al fuego bajo realizado en el suelo y alimentado con raíces de urz. Para facilitar la salida de humos existe una chimenea, debajo de la cual cuelga el beganceiro, palo del que pende la begancia que sostiene la caldera para calentar el agua. En las cocinas se cura la matanza, que se cuelga en unos palos horizontales llamados barales, que se colgaban del techo. Antes se la incorporación de la electricidad, los recintos eran iluminados con los llumbreiros, palos secos de urces que se colgaban de la bergancia; el paso intermedio entre este último y el actual lo constituían las lucerinas o lamparas de petróleo.
La vivienda tradicional constaba de dos plantas. En la planta baja estaban las cuadras para el ganado o las bodegas. En la planta alta se situaba la vivienda, aprovechándose así el calor de los animales que se encontraban debajo. Su fachada se caracteriza por un elemento típico: el corredor con columnas y balaustrada de madera. Son de piedra y con techado de pizarra. La separación de las habitaciones se hacía de mimbre y se encalaban a modo de paredes.
En el interior era típica la cocina vieja u hogar. Las cocinas destacan por su característico color negruzco debido al fuego bajo realizado en el suelo y alimentado con raíces de urz. Para facilitar la salida de humos existe una chimenea, debajo de la cual cuelga el beganceiro, palo del que pende la begancia que sostiene la caldera para calentar el agua. En las cocinas se cura la matanza, que se cuelga en unos palos horizontales llamados barales, que se colgaban del techo. Antes se la incorporación de la electricidad, los recintos eran iluminados con los llumbreiros, palos secos de urces que se colgaban de la bergancia; el paso intermedio entre este último y el actual lo constituían las lucerinas o lamparas de petróleo.