LA AGRICULTURA:
Una vez preparada la tierra y abonada, utilizando exclusivamente el abono orgánico, esparcido a mano y producido por sus propios animales, se procede a la siembra; aunque, de pendiendo del producto que sea se sembrará en distinta época del año. Los prados, que no requieren siembra, se abonan cada año utilizando ceniza doméstica, costumbre muy antigua en este pueblo.
Las parcelas son pequeñas (minifundios) y su propietario las cultiva directamente. Las continuas divisiones familiares han reducido mucho la superficie llegando a ser parcelas minúsculas. El sistema de cultivo empleado es el barbecho, que consiste en dejar sin trabajar las fincas un año. Este método impide la recolección durante un año por lo que empobrece el sistema económico.
Los productos más característicos que se siembran son: patatas, remolacha forrajera, habas, berza, calabaza, pepino, calabacín, cebolla, pimiento, tomates, lechugas, escarola, guisantes, puerro, coliflor, garbanzos, nabo y acelgas. Todos estos productos se siembran en poca cantidad para su consumo familiar. Para plantaciones utilizan el sistema de semillero, (remolacha, lechuga y demás hortalizas, trasplantándolas posteriormente), surcos (patatas, legumbres...).
Durante el proceso de crecimiento se realizan diversas tareas, entre otras: escadar, entresacar, sulfatar, regar... Entre estos trabajos el que más ha evolucionado ha sido sulfatar, debido a la utilización de productos químicos que acaban fácilmente con las plagas. Antiguamente el único plaguicida existente era el exterminar los insectos uno a uno.
Una vez preparada la tierra y abonada, utilizando exclusivamente el abono orgánico, esparcido a mano y producido por sus propios animales, se procede a la siembra; aunque, de pendiendo del producto que sea se sembrará en distinta época del año. Los prados, que no requieren siembra, se abonan cada año utilizando ceniza doméstica, costumbre muy antigua en este pueblo.
Las parcelas son pequeñas (minifundios) y su propietario las cultiva directamente. Las continuas divisiones familiares han reducido mucho la superficie llegando a ser parcelas minúsculas. El sistema de cultivo empleado es el barbecho, que consiste en dejar sin trabajar las fincas un año. Este método impide la recolección durante un año por lo que empobrece el sistema económico.
Los productos más característicos que se siembran son: patatas, remolacha forrajera, habas, berza, calabaza, pepino, calabacín, cebolla, pimiento, tomates, lechugas, escarola, guisantes, puerro, coliflor, garbanzos, nabo y acelgas. Todos estos productos se siembran en poca cantidad para su consumo familiar. Para plantaciones utilizan el sistema de semillero, (remolacha, lechuga y demás hortalizas, trasplantándolas posteriormente), surcos (patatas, legumbres...).
Durante el proceso de crecimiento se realizan diversas tareas, entre otras: escadar, entresacar, sulfatar, regar... Entre estos trabajos el que más ha evolucionado ha sido sulfatar, debido a la utilización de productos químicos que acaban fácilmente con las plagas. Antiguamente el único plaguicida existente era el exterminar los insectos uno a uno.