La Faba es un bello
pueblo con un
paisaje maravilloso que domina los
montes de
castaños con rabioso verdor. Su gente acoge muy bien al forastero, pero lo que hizo inolvidable mi paso por la Faba fue mi estancia en la
casa de Marcel, donde todo el mundo es cordialmente acogido.
Viajero, si llegas hasta este pueblo deja que tus pasos te lleven a esta casa: pocas veces vivirás algo tan interesante.