Como podeis ver aun se sigue utilizando el método inventado por los lugareños de Omaña. Este en concreto me lo encontré, para mi sorpresa, en un
hotel de postín, e incluso tenía un sensor que al detectar que te levantabas accionaba automaticamente la cisterna.
Así que mis queridos
amigos la vida después de tantos años sigue igual, excepto para el pobre de la escoba, que perdió el trabajo y ahora es uno mas en la cola del INEM.
Un saludo animaos a contar historias tan buenas como las de Eudosia
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