La soledad de la torre del campanario.
Vemos solo la punta de una torre de la iglesia de uno de tantos pueblos que el pantano cubrió. Cuando la vez tan solitaria entre tanta agua, te da una sensación de soledad increíble. ¡Ay si las piedras hablaran....!
Naye, ya no quedarán gentes de las que vivian en lo que ocupa el
pantano. Impone, cuando se vé tanta
agua, pero, eso es el precio del progreso, y que quieres que te diga, para ver un
pueblo vavio como se están quedando ahora, es mejor no verlo,.... pienso yo.
A prepararse para el
Corpus, ya nos contarás. Al menos que no llueva, si hace frio hay que abrigarse, pero como llueva, lo fastidia todo.