Hostelería -25% €/kWh
Una imagen vale más que mil palabras: aquí estoy en la cabina del camión de Celedonio, aunque sólo fuera para la foto.
También iba con los Torios, con los camiones de Felipe y Tomasón que tenian de conductores a Carricín y al Ferrero, con Juanín el patatero y Salus de pueblo en pueblo cargando sacos de patatas hasta llenar el camión, con Bada el de la Robla que me dejaba conducir encima de sus piernas porque no llegaba a ver el parabrisas, con Pepín de los Candás con el que llegué hasta Gijón y Galicia a llevar cemento, con Carricín en el REO que tuvo mi padre.
La primera vez que fui a Madrid también fue en un camión de Cangas de Narcea, un mercedes que no se me olvida. Cuando llegamos de noche a la cima del puerto de Guadarrama y vi las luces de Madrid, creí que el cielo estrellado había caído a la tierra.
También iba con los Torios, con los camiones de Felipe y Tomasón que tenian de conductores a Carricín y al Ferrero, con Juanín el patatero y Salus de pueblo en pueblo cargando sacos de patatas hasta llenar el camión, con Bada el de la Robla que me dejaba conducir encima de sus piernas porque no llegaba a ver el parabrisas, con Pepín de los Candás con el que llegué hasta Gijón y Galicia a llevar cemento, con Carricín en el REO que tuvo mi padre.
La primera vez que fui a Madrid también fue en un camión de Cangas de Narcea, un mercedes que no se me olvida. Cuando llegamos de noche a la cima del puerto de Guadarrama y vi las luces de Madrid, creí que el cielo estrellado había caído a la tierra.