LA MAGDALENA: Nos estamos riendo y nos vamos a la cama felices y...

Buenos dias, vecinos. Veo que ésto está muy animado.
Eudosia con ese sistema de poner las fotos, nos hace andar de cabeza y cuando ya lo dejamos porque no se conoce a nadie, nos las pone aumentadas, trozo, por trozo, y así da gusto. A Lolis y Neli, se las conoce muy bien, a los niños ya no.
Me acuerdo de la msa en latín, menudo lo difícil que era de cantar, mi padre la cantaba muy bien, yo nunca canté en la iglesia, lo que si recuerdo era de recitar poesias a la virgen, todos los domingos del mes de mayo, eso si parece que se me daba bien, pues la maestra siempre me daba a mi las más largas, y en los diálogos entre varios, yo siempre tenia el papal más complicado.
En una ocasión que el Sr Obispo hizo una visita pastoral, la maestra nos preparó un diálogo, recuerdo que cada niño le ofrecia algo relativo a la provincia que representaba, y yo era la virgen y les tenia que contestar a todos, nos salió muy bien, la cosa, hasta el punto que nos quiso conocer y saludar el Sr Obispo, maestra incluida, y nos obsequió con una estampita a cada uno. De ésto, hará 62 años, ya ha llovido.

Ay ay ay Pilar, me ha venido a la cabeza una visita del Sr. Obispo a un pueblo de Omaña, pero no tiene mucho que ver con las poesías. La contaba mi cuñado Felipe con mucha gracia y yo no me acuerdo bien. Si alguno la sabe tendrá que ayudarme con los detalles y pido disculpas si a alguien le parece irreverente, no es mi intención.
Ante el importante acontecimiento, todo el pueblo se volcó para honrar al ilustre huésped. No querían que a tan distinguido visitante le faltase de nada, así que además de todos los preparativos habituales en estos casos, hicieron a propósito un excusado en una habitación encima de la cuadra y colocaron un cajón muy cómodo sobre el agujero. Los saludos a las autoridades y los agasajos prolongaron la visita, así que cuando el Sr. Obispo hizo la petición que se esperaba, le llevaron a la habitación del cajón. Hasta aquí todo transcurrió con normalidad, la sorpresa se la llevó el ilustre visitante cuando recibió el sistema de limpieza que tenían previsto los ingeniosos vecinos, que no era otro que un mozo con una escoba subido en una escalera esperando a que acabase la faena. La curiosidad de Su Ilustrísima le llevó a asomarse al agujero para ver el ingenio mecánico causante de aquel fenómeno. El mozo, atento como estaba y no distinguiendo bien en la oscuridad, hizo otra vez uso del artilugio; esta vez a conciencia pensando que la primera no había ido bien.
Yo nunca he sabido como acababa esta historia porque al llegar este punto todos llorábamos de risa y Felipe ya no podía seguir.

Nos estamos riendo y nos vamos a la cama felices y contentos con este relato tan ocurrente gracias eudosia asta luego,,,,