Qué alegría, llegan las vacaciones y es tiempo de ver a las amigas de nuevo.
Ahora han cambiado las costumbres y quedamos para tomar un café o el vermú, pero hubo un tiempo en La Magdalena -aunque muchas no podáis recordarlo por edad- en el que la costumbre era quedar todos los domingos para pasear después de misa. Las mozas se cogían del brazo a la salida de misa, llegaban hasta el cuartel en perfecta formación tortuga y a la vuelta se iban recogiendo cada una "pá" su casa. Este paseo se repetía todos los domingos y era muy entretenido, las mozas aprovechaban para presumir y la concurrencia para cotillear a su paso. En fin, una costumbre que divertía tanto a las paseantes como a las y los “mirantes”.
Yo nunca pude ir a pasear pero ver pasar aquel tropel todos los domingos era impresionante, aunque fueran presumiendo cogían velocidad.
Ahora han cambiado las costumbres y quedamos para tomar un café o el vermú, pero hubo un tiempo en La Magdalena -aunque muchas no podáis recordarlo por edad- en el que la costumbre era quedar todos los domingos para pasear después de misa. Las mozas se cogían del brazo a la salida de misa, llegaban hasta el cuartel en perfecta formación tortuga y a la vuelta se iban recogiendo cada una "pá" su casa. Este paseo se repetía todos los domingos y era muy entretenido, las mozas aprovechaban para presumir y la concurrencia para cotillear a su paso. En fin, una costumbre que divertía tanto a las paseantes como a las y los “mirantes”.
Yo nunca pude ir a pasear pero ver pasar aquel tropel todos los domingos era impresionante, aunque fueran presumiendo cogían velocidad.