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LA MAGDALENA: El Filandón ...

El Filandón
Durante las largas noches de invierno, se practicaba en los pueblos perdidos de España y posiblemente en todo el mundo, una antigua distracción que consistía en reunirse un grupo de vecinos después de cenar en la casa de uno de ellos y al calor de la lumbre, relatar viejas historias, mientras las señoras, aprovechaban el tiempo, hilando lana, (filaban). De ahí, que en las montañas que unen y separan, la provincias de León con las de Lugo y Asturias, por la zona de los Oscos y el puerto de Somiedo, se conocen estas reuniones con el nombre del filandón.

Con otros nombres o sin nombre específico, el mismo ritual de reunirse para contarse unos a otros viejas historias y leyendas y cantar viejos romances, se ha hecho en todos los pueblos aislados, donde no había ningún otro tipo de distracción para los escasos habitantes de la zona, en los lugares en los que no existe ni una taberna. Las autoridades gallegas tratan de resucitar el filandón con poco éxito, el filandón era la distracción en los pueblos olvidados, hoy la “tele” se ocupa de esa tarea y el filandón ya no tiene razón de ser.
Con la tele no el Filandon esta muerto pero con los foros de pueblos de España puede volver a tener la popularidad que tenia antes, enfocándolo de la manera que eran los FILANDONES cuentos historias de ahora y de antes, con noticias caseras del pueblo, y de los vecinos solo con que salgan tres o cuatro cuentrer@s el éxito esta asegurado, suerte con los cuentos, y alegría con las historias,
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El ratón miedoso
Cuenta una antigua fábula que había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo del gato. Un hechicero que escuchó sus lamentos se compadeció de él y para que dejase de tener esos miedos le convirtió en eso… en gato. Así, siendo uno de ellos, no se asustaría más.
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. Un miedo atroz e incomprensible que se despertaba cada vez que lo sentía. De modo que el mago, conmovido de nuevo por tanto temor, decidió convertirle en perro. “Tal vez así ya no vuelva a temer nada”, pensó confiado.
Sin embargo, pronto empezó a sentir miedo de la pantera. De manera que el mago, nuevamente conmovido, le convirtió precisamente en eso… en pantera.
Fue entonces cuando comenzó a temer al cazador. El mismo miedo, igual de atroz e incomprensible, que se aparecía cada vez que lo nombraba.
Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: "Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda porque a quien tiene el alma de ratón, sea lo que sea, siempre habrá algo que le dé miedo".

Nota: Fábula india ... (ver texto completo)