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Amiga Fermi, la de vaqueros era una moza que me traía por la
calle de la locura. Siempre fue mi amor platónico y aspiré a ella con todas mis ganas, tantas que cuando tenía pensado decirle algo, mis nervios y mi timidez me agarrotaban de tal manera, que lo tiraban todo por tierra. Me llevaba muy bien con su gran hermana y ella me llegó a llamar "cuñadín". Me sentía halagao, pero sin el objetivo cumplido para nada. Pa mi que entre lo que ellas no hablaron, sumado a lo que yo no manifesté, todo quedó
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