Nos han encargado a mi hermano Manolo y a mí que adornemos el bar porque ya está cerca la Navidad. Hemos cerrado las persianas y la puerta para que ningún curioso se adelante a ver el proceso. Solo vosotros estáis al tanto. Él se ocupa de las bolas, yo del espumillón, como estamos en plena crisis no alcanza el presupuesto para las luces.
Buenas noches a todos los de aquí, los de allá, los que leen, los que escriben, a todos los que en definitiva participamos en este filandón.
Buenas noches a todos los de aquí, los de allá, los que leen, los que escriben, a todos los que en definitiva participamos en este filandón.
Las luces no las pongas, que nos cambia el color de los dientes y de la ropa. Dime que orquesta teneis contratada para Navidad
Bueno, pues sin luces. Nos arreglaremos como podamos con la literna de Fini. Aquella linterna que tanto recorrió y vio (incluido algún que otro escapulario), cuando entraba por el reservao, a recoger consumiciones ya consumidas..................
era una linterna que no tenía cortas, ni intermitencias, ni tan siquiera, luz de emergencia (que cada cual asumiera lo suyo), ni tampoco luz de cruce (esa la reclamaban más arriba). No hacía falta; para qué? la larga y pa adelante, como los de Alicante, que para eso estaba en su casa y trabajando.
Que ambiente, amigo Vicente. Que ambientazo había siempre en aquel reservado, donde para encontrar un sitio libre, necesitabas más influencias, que pa librarte de la mili. Aquello se parecía a los pasos de Semana Santa en Canales, donde la gente y por devoción, nada más llegar a la iglesia dejaba su pañuelo atado a la imagen que deseaba portar hasta la hora de salir. Aquí ocurría algo
parecido, solo que en vez de pañuelos, la gente, marcaba el territorio con otras prendas y a veces por olvidos, hasta allí quedaban. Un año por carnaval, un amigo mío se dejó olvidada una bufanda y le apareció al verano siguiente enganchada a un árbol en la fiesta Salce. Cuando la vio pensó si sería el presagio de un gran amor............. y no te digo de otro que me contaron, que se descalzó por navidad para brindar por el nuevo año, bebiendo champán por su zapato.......... aquel se descalzó mientras otro calzaría lo que éste no pudo calzar, aunque otra cosa calzaría...........
y así podríamos seguir contando largo y tendido.
Ay, si aquellas paredes o linternas hablaran.......... ¡
era una linterna que no tenía cortas, ni intermitencias, ni tan siquiera, luz de emergencia (que cada cual asumiera lo suyo), ni tampoco luz de cruce (esa la reclamaban más arriba). No hacía falta; para qué? la larga y pa adelante, como los de Alicante, que para eso estaba en su casa y trabajando.
Que ambiente, amigo Vicente. Que ambientazo había siempre en aquel reservado, donde para encontrar un sitio libre, necesitabas más influencias, que pa librarte de la mili. Aquello se parecía a los pasos de Semana Santa en Canales, donde la gente y por devoción, nada más llegar a la iglesia dejaba su pañuelo atado a la imagen que deseaba portar hasta la hora de salir. Aquí ocurría algo
parecido, solo que en vez de pañuelos, la gente, marcaba el territorio con otras prendas y a veces por olvidos, hasta allí quedaban. Un año por carnaval, un amigo mío se dejó olvidada una bufanda y le apareció al verano siguiente enganchada a un árbol en la fiesta Salce. Cuando la vio pensó si sería el presagio de un gran amor............. y no te digo de otro que me contaron, que se descalzó por navidad para brindar por el nuevo año, bebiendo champán por su zapato.......... aquel se descalzó mientras otro calzaría lo que éste no pudo calzar, aunque otra cosa calzaría...........
y así podríamos seguir contando largo y tendido.
Ay, si aquellas paredes o linternas hablaran.......... ¡