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LA MAGDALENA: Permitid os llame mis amigos. Permitid que alabe vuestro...

Permitid os llame mis amigos. Permitid que alabe vuestro proceder: el amor a vuestro pueblo. Pueblo que como uno de tantos, la necesidad obligó a muchos a recordar desde lejos: a esas nostalgias grandes o pequeñas.
Permitid que os diga que las maldita experiencia, me obliga a decir, que los pobres saben mas del frío que LOS OTROS.
Hoy hablo de la tierra cghica, esa a la que algunos han regresado y otros no.
Por mi parte retrocedo en el tiempo (hoy en un mensage, he retrocedido, a mis pocos mas de cinco años entre ametralladoras, tanques y camiones, y un niño llorando, de la mano de su madre que venía con un enosme cesto de repa recién lavada del lavadero) Y crecer en la escasez de todo en la besana arrastrando molestas albarcas, en escasez de pan, y creencias que servían de muy poco.
Solo un repaso muy abreviado, por una ciudad, aún con las cartillas de racionamiento, y mas gritos tristes, en el recuerdo delos que quedaban atrás cuando viejos y adolescentes, se vieron obligados a caminar tras los arados, que se habían quedado abandonados en la besana.
Muchos eramos niños, que aún no habíamos aprendido ta siquiera a reír.
Muchos crecimos, sin poder apartar, los gritos y los ruidos, gritos y silencios
que quedaron atrás. me estoy refiriendo al silencioso grito de una madre, con el vientre inchado, haciendo las labores del campo, mientras esperaban, noticias de alguna parte.
Y el Madrid aquel, en el milagro, de unas alcachofas con patatas., En la casa de mi otra tía, se permitían unas sabrosas cocretas con jamón y un excelente queso manchego, No en casa de las otras, estos mis tíos, en la gran locura ya pasada no del todo, el "milagro" de unas patatas coque matar el hambre.
Y muñones, muchos a las puertas de las iglesias lucían sus muñones... porque también se habían equivocado de lugar o por que creyeron el la libertad.

Me nació ayer esta historia, mucho mas laraga, cuando mi nieta me pregunta: - ¿que escribes?
-Cosas para mayores- respondí
Y fuera entonces que le recordé las preguntas que yo le hacía a mi abuela y que ellas me respondía: crecerás y las aprenderás por ti mismo le dí esta misma respuesta a mi nieta. Y añadí:
-Uno de esos juguetes que te sobran, de niño, yo los hubiera cuidado para mí
- ¿Y porque escribes eso?
No supe que responder, y en mi breve azoramiento, le día a leer un cuento., mientras le decía:
-Si te gusta, te escribiré otro... ¿has leído algo del patito feo? escribiré para ti, la historia de un patito triste...
Cuento las mismas cosas solo que de otra manera.

Crecerá y no me cabe la menor duda que entenderá el fondo de la historia.
Saludos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Libertad (Juan), amigo, gracias por este relato tan tierno y estremecedor a la vez. Esos recuerdos si que son inolvidables y marcan para siempre.
Un fuerte abrazo