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LA MAGDALENA: LA ESCUELA DEL CUARTEL...

LA ESCUELA DEL CUARTEL
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AUTOR: EUDOSIA
FECHA: 08/07/2010
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La escuela del cuartel fue una obra popular.
Y digo esto porque fueron los vecinos del barrio quienes la construyeron con sus propias manos para que los niños no tuviésemos que ir a las escuelas de arriba sufriendo las inclemencias del tiempo. Como cada vez había mas niños por el crecimiento del barrio y por la coincidencia de varias familias numerosas en aquellos años, los vecinos decidieron arar las eras de los Acadales para sembrar patatas y con su venta recaudar dinero para la construcción de la escuela. Así, durante varios años, todos fueron en facendera a cuidar el patatal y con lo que sacaban compraban los materiales para la nueva escuela. El que sabía de albañilería se encargaba de poner ladrillos, los demás hacían los cimientos o preparaban la masa. Entre todos consiguieron inaugurar la flamante escuela unitaria alrededor del año 51, mas tarde se hizo la casa de la maestra que esta al lado. Gracias a ellos yo no tuve que sufrir el largo camino hasta la escuela de la iglesia durante aquellos inviernos tan duros de nuestra infancia.

" ¡TIO BIGOTES, TIO BIGOTES!"
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AUTOR: EUDOSIA
FECHA: 11/07/2010
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En esa época se buscaba sobre todo la comodidad de los niños, evitando que se desplazasen y así surgieron las escuelas unitarias del cuartel y de las casas baratas. Con el tiempo, se ha ido perdiendo la filosofía de la escuela unitaria a la que asistían niños y niñas de todas las edades a favor de los grupos escolares actuales, sin tener en cuenta el sacrificio que supone para los alumnos tener que desplazarse todos los días tantos kilómetros.
En aquella escuela compartíamos enseñanzas y también travesuras en las que los mayores iniciaban a los pequeños. Una de las cosas que teníamos terminantemente prohibidas durante el recreo era bajar al prao que estaba delante de la escuela, lo que para todos era una tentación irresistible ya que podía aparecer el dueño -que era el señor Pablo de Otero- para sacarnos de allí a botasilla. Algunos mayores, en vez de salir inmediatamente cuando veían al señor Pablo, se quedaban y además le provocaban con el soniquete “Tio bigotes, tio bigotes” lo que le ponía hecho una furia que era lo que ellos pretendían. Las correrías acababan cuando la maestra salía a buscarlos y los castigaba en la carbonera sin comer. Mi hermano Pedrito casi siempre era uno de los danzantes, así que más de una vez se quedó en la carbonera. Cuando yo llegaba a casa, como era muy pequeña y no tenia malicia, en vez de encubrirle, contaba lo que había ocurrido, así que mi hermano se ganaba unos buenos azotes y yo la fama de chivata para toda la vida.
En esta foto estamos algunos de los protagonistas de esta historia: Juan el de Honorio, Pedrito, Jandro y yo. Si tenéis curiosidad por conocer al señor Pablo, podéis encontrarle en el foro de Otero, en una foto muy evocadora por cortesía de su nieto.

EL CENICERO DE VITOLAS Y EL MOLINO DE VIM
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AUTOR: SANDRA
FECHA: 11/07/2010
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Buenas tardes, bueno yo he de decir que tambien fuy a la escuela del cuartel, con Doña florentina, que recuerdos, de aquella solo eramos niñas, el ultimo año pase a la escuela a la escuela del barrio, donde hoy esta lo de la cruz roja, con Don julian este profe si que manejaba la vara tenia dos la Catalina y el despertador, que bardascazos te metia, te dejaba la mano marcada a veces te lo perdonaba por un caramelo, y bueno es mi opinion niguno de aquella epoca estamos traumatizados, y no pasaba lo que pasa ahora en algunos colegios, que se ha perdido el respeto y la educacion,,, Tambien recuerdo cuando saliamos de la escuela del cuartel, si pasaba algun carro de benllera que venian al molino ya teniamos bus para llegar a casa, no veas que bien ibamos en el carro, recuerdo alguna vez que como no cabiamos todas dentro otras nos rescolgavamos, que buenos años, Aquellos trabajos manuales con un bote de VIM un molino, aquellas flores de papel pinocho para el dia de la madre, las clases de costura, que paciencia tenia doña florentina y yo que manazas era a y para el dia del padre un cenicero con las caras que traia aquel tabaco goya o las postales con sellos, que ilusion hacia.