Que no se había caido el techo, que nos fuimos a celebrar el
santo de la jefa, que es una fecha muy señalada en la
familia ya desde los tiempos de mi padre, que -por si alguno no lo sabe- se llamaba Pepe. Y tanto le gustaba su nombre que se lo puso a cuatro de sus hij@s, pero no ha pasado a ninguno de sus nietos.
¡Mecachis! Con lo que nos hubiera prestado veros.