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LA MAGDALENA: Esto de los sondeos de opinión está muy pero que muy...

Esto de los sondeos de opinión está muy pero que muy apropiado en los días que vivimos, me estoy temiendo que este verano haya votaciones y me pillen desinformada. Así que para que esto no ocurra, me dispongo a visitar a una vecina de La Cueta y que me explique bien lo de los calechos y filandones, porque habiendo nacido yo en unos años y en un ambiente en el que estas reuniones no se estilaban, mi conocimiento de las mismas es muy escaso.
Esta vecina, famosa longeva, me habla así mientras tomámos unas copitas de licor de Coyanza…

”Haciamos una vida pues aquí, tranquilamente, sin envidia ni nada. Todos necesitábamos unos de otros y el que es rico que no piense que no precisa del pobre, que todos necesitamos. Y aquí se vivía, y en invierno hacíamos una cosa que se llamaba filandón. Pero antes de cenar era el calecho, cuando diban los hombres a jugar a una casa la partida, o se sentaban en los poyos que había en las puertas de las casas, y contaban las cosas del día o noticias que llegaban de alguien de fuera. Vinian, cenaban y luego al filandón hasta las 11 o las 12. Se hacía en tres o cuatro casas, cada uno diba ya a las casas de costumbre, a las cocinas. La gente, pues a hilar y tejer la lana. Y allí se charlaba, personas que leían bien decían lo que leían. Romances, cuántos contaban los viejos y cuántas coplas. Y cuentos. También cosas que pasaron a nuestros mayores y asuntos picantes, de mucha gracia, cosas que yo he oído de aquella gente vieja y me gustaría recordarlas y saberlas.
¡Bueno! ahora voy decile unas tonadas que recuerdo yo. Vino aquí un chico de América a ver a sus padres, y luego estuvo un verano y escogió la compañera de aquí. Cantaban, las panderetas llenas de flores, de rosas que hacíamos las chicas y un chico aficionado tocando la acordeón. Y diba todo el acompañamiento desde la casa de la novia, acompañándola hacia la iglesia. Y decían así…"