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El del bigote,.... me suena...... al otro no lo conozco, creo que están en el Crucero
Ole con ole y salero esta foto la tengo yo con mucha estima me acompañaba el mejor cantaor de aquellos conocimientos fue la primera vez que vi cantar a uno de una manera rara y me dijo que cantaba por Farina yo trataba de imitarlo y me decia que recortara, que razon tenia y cuanto sabia, luego conocí a Farina y como recortaba cuando decia "cuanto te quiero te quiero cuanto te quierooo mi Salamanca///// Eeta moza dice que el del bigote le suena le suena.. no se si bien o mal pero cantabamos alto muy alto todo lo que podiamos se nos secaba la garganta y mas vino Fini esa punta del mostrador era un sitio privilegiado desde ahi podias contemplar la belleza completa de la camarera aqui pase algunos de los dias mas felices de mi corta juventud y un recuerdo a la belleza y simpatia que tiene Fini que con verla a ella daba igual que el coñac fuera de garrafon
Y viendo esta foto, vienen ami grandes recuerdos de aquella barra que era niquelada y la pusimos dorada Andres también nos ayudaba a la otra punta del mostrador había una caja de sardinas arenques que se envolvían en un papel les dabas un puñetazo y se le quitaban las escamas que buenas estaban, hoy no las podría comer por que estaban saladas,
Yo aprendí a bailar en Canales en la corte de Canor Habia un chinganillo que le daban manivela y a bailar y bailaba mucho con Adela que era de la magdalena y una criada de Eloy a mi me acompañaba mi amigo Horacio y asi fue que cuando empece a bailar en la magdalena decían las mozas que daba las vueltas al revés la verdad es que en el día de hoy no se cual es el derecho ni el revés yo me fijo en otras cosas me acuerdo de una morena con una falda de tubo negra una cintura de avispa unas medias de costura negras con unos tacones negros de tacon alto y fino que se ceñia en los tangos cosa mala con peligro de caer las de aquella epoca se acordaran era sobrina de ebaristo y alabado sea cristo por que no me acuerdo de mas gilio el de pilar
Yo aprendí a bailar en Canales en la corte de Canor Habia un chinganillo que le daban manivela y a bailar y bailaba mucho con Adela que era de la magdalena y una criada de Eloy a mi me acompañaba mi amigo Horacio y asi fue que cuando empece a bailar en la magdalena decían las mozas que daba las vueltas al revés la verdad es que en el día de hoy no se cual es el derecho ni el revés yo me fijo en otras cosas me acuerdo de una morena con una falda de tubo negra una cintura de avispa unas medias de costura negras con unos tacones negros de tacon alto y fino que se ceñia en los tangos cosa mala con peligro de caer las de aquella epoca se acordaran era sobrina de ebaristo y alabado sea cristo por que no me acuerdo de mas gilio el de pilar
Querido Patriarca: unas décadas después el que suscribe aprendió a bailar en El Crucero, no era una corte sino la mejor discoteca del pueblo, donde MARIVÍ hacía de "organista de la pista" y nos ponía los últimos singles del momento, totalmente actualizados y en estupenda primicia.
El baile empezaba con música disco, movida y la mejor del momento. Grandes artistas del baile había allí que lo bordaban, era igual que fueran los Bee Gees, que el rock de la cárcel más duro y atrevido: Juanín el de Viñayo, José Antonio El Fueyo, Emilio el de Quintanilla...... eran los mejores sin lugar a dudas, los auténticos y genuinos reyes de la pista en baile suelto; los demás nos movíamos como podíamos, copiándonos unos de otros al mover piernas y brazos y siempre en círculo pa “marcarnos” mejor. Nos metíamos entre las mozas que solían tener mucho mejor oficio y así disimulábamos cantidad. Cuando la ocasión veía uno que podía llegar a ser desbordante y se sentía observado entre ciertas risitas por algunas señoritas que cuchicheaban entre miradillas no precisamente insinuantes, siempre tenía la solución en la barra pa bajar presión y evadirse con un lindo cubata.
Ya una vez los cuerpos habían cogido cierta temperatura ambiente, entonces era cuando llegaba el cambio de tercio. Las luces aquellas que se movían por las paredes más que la compresa una coja, comenzaban a ralentizarse y el decorado cambiaba por completo. Música lenta y adelante el agarrao; allí las parejas más comprometidas se acaramelaban y pasaban a ser las protagonistas del momento, mientras que los que no teníamos moza fija, alzábamos las miradas como aguiluchos en prevengan, una vez que todas las que prometían ya habían tomado asiento en espera de solicitud de baile. Jugábamos en casa y eso siempre facilitaba el andar más suelto, aunque aquello fuera muy relativo. Uno sabía bien donde estaban las de Garaño, las de las Casas Baratas, las de La Magdalena.......... pero cuando cierta confianza se afianzaba de uno, salían los linces del cubata que habían estado repostando con anterioridad y muchas veces te la cogían por la mano, cuando tu casi estabas ya a punto de decidirte; y es que un buen bacardí con cola recién metido al cuerpo, le subía a uno la autoestima cosa fina. (Bueno pal siguiente, voy a sentarme donde estaba la moza que ahora baila y así cuando termine y vuelva ya me levanto yo y entro en acción, pero ridiela............. muchas veces ya no se la volvía a ver).
Menos mal que siempre que ha llovido ha escampao y al final nuestra amiga MARIVI, con la experiencia de la mejor “organista de la pista”, tenía muy claro que en la variedad estaba el gusto y la última parte de la sesión la dedicaba a pasodobles, tangos y demás bailes de salón. Llegado aquel punto, allí ya bailaba hasta el apuntador: el gasolinero que volvía del curre, nuestra querida Josefa y Angel “El Capi” y hasta yo con mi prima María Jesús, a la que se le daba el pasodoble como a mí el comer. Aquello cerraba el mejor broche de la noche y todos contentos a pesar del empate de la Cultural en La Robla.
Al final uno sabía mejor la cantidad de vueltas que tenía que dar por intentona de baile, que lo que realmente había bailao, pero eso sí, siempre regresando a casa con la satisfacción por el deber cumplido y con la inevitable ilusión del próximo sábado sábadete y nuestra querida discoteca de PEDRETE, de aquel "a ver como se nos da hoy".
Y aquel hoy lejano y convertido más que de sobra en el ayer nostálgico, es el que nos hace sentirnos aún un poco “dueños de la pista”.
El baile empezaba con música disco, movida y la mejor del momento. Grandes artistas del baile había allí que lo bordaban, era igual que fueran los Bee Gees, que el rock de la cárcel más duro y atrevido: Juanín el de Viñayo, José Antonio El Fueyo, Emilio el de Quintanilla...... eran los mejores sin lugar a dudas, los auténticos y genuinos reyes de la pista en baile suelto; los demás nos movíamos como podíamos, copiándonos unos de otros al mover piernas y brazos y siempre en círculo pa “marcarnos” mejor. Nos metíamos entre las mozas que solían tener mucho mejor oficio y así disimulábamos cantidad. Cuando la ocasión veía uno que podía llegar a ser desbordante y se sentía observado entre ciertas risitas por algunas señoritas que cuchicheaban entre miradillas no precisamente insinuantes, siempre tenía la solución en la barra pa bajar presión y evadirse con un lindo cubata.
Ya una vez los cuerpos habían cogido cierta temperatura ambiente, entonces era cuando llegaba el cambio de tercio. Las luces aquellas que se movían por las paredes más que la compresa una coja, comenzaban a ralentizarse y el decorado cambiaba por completo. Música lenta y adelante el agarrao; allí las parejas más comprometidas se acaramelaban y pasaban a ser las protagonistas del momento, mientras que los que no teníamos moza fija, alzábamos las miradas como aguiluchos en prevengan, una vez que todas las que prometían ya habían tomado asiento en espera de solicitud de baile. Jugábamos en casa y eso siempre facilitaba el andar más suelto, aunque aquello fuera muy relativo. Uno sabía bien donde estaban las de Garaño, las de las Casas Baratas, las de La Magdalena.......... pero cuando cierta confianza se afianzaba de uno, salían los linces del cubata que habían estado repostando con anterioridad y muchas veces te la cogían por la mano, cuando tu casi estabas ya a punto de decidirte; y es que un buen bacardí con cola recién metido al cuerpo, le subía a uno la autoestima cosa fina. (Bueno pal siguiente, voy a sentarme donde estaba la moza que ahora baila y así cuando termine y vuelva ya me levanto yo y entro en acción, pero ridiela............. muchas veces ya no se la volvía a ver).
Menos mal que siempre que ha llovido ha escampao y al final nuestra amiga MARIVI, con la experiencia de la mejor “organista de la pista”, tenía muy claro que en la variedad estaba el gusto y la última parte de la sesión la dedicaba a pasodobles, tangos y demás bailes de salón. Llegado aquel punto, allí ya bailaba hasta el apuntador: el gasolinero que volvía del curre, nuestra querida Josefa y Angel “El Capi” y hasta yo con mi prima María Jesús, a la que se le daba el pasodoble como a mí el comer. Aquello cerraba el mejor broche de la noche y todos contentos a pesar del empate de la Cultural en La Robla.
Al final uno sabía mejor la cantidad de vueltas que tenía que dar por intentona de baile, que lo que realmente había bailao, pero eso sí, siempre regresando a casa con la satisfacción por el deber cumplido y con la inevitable ilusión del próximo sábado sábadete y nuestra querida discoteca de PEDRETE, de aquel "a ver como se nos da hoy".
Y aquel hoy lejano y convertido más que de sobra en el ayer nostálgico, es el que nos hace sentirnos aún un poco “dueños de la pista”.
