El tiempo no lo cura todo, eso es mentira. Mis recuerdos se mantienen intactos, las veces que he subido esa cuesta, los cambios sufridos en el
juzgado, los
tejados negros de la
casa del
médico, y el
jardin de casa de Marieta, qué recuerdos me trae ese jardín, aquellos
felices veranos sentado bajo la sombrilla blanca, las lagartijas corriendo por los escalones de
piedra, la vieja galería del baño...
Cuánto me duele pensar en aquello, en todos lo que habitaban esa casa, esa gente a la que tanto amé,
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