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LA URZ: Poco a poco nos va saliendo el romance, ahí va:...

Poco a poco nos va saliendo el romance, ahí va:

¿por dónde iré yo ahora
que no sea conocido?
Vete por esos jardines
cogiendo rosas y lirios.

Y el rey como lo sabía
al encuentro le ha salido
¿a dónde vas Gerineldo
tan blanco y descolorido?

Vengo por estos jardines
cogiendo rosas y lirios,
la fragancia de uns rosa
el color me ha comido.

Mientes, mientes, Gerineldo,
que con la infanta has dormido.
Se arrodilló Gerineldo
y perdón le ha pedido.

El castigo que he de darte
ya lo tienes merecido:
o te has de casar con ella
o le has de buscar marido.

Yo con ella sí señor,
no quedrá ella conmigo
porque todo mi caudal
no le dará pa' un vestido.

Cómpraselo de paño pardo
que ella así lo ha querido.

Y estando en estas palabras
se encimientan unas guerras
entre Aragón y Portugal
y a Gerineldo lo llaman de capitán general.

Si a los siete años no he vuelto
niña, te puedes casar,
si a los siete años no he vuelto
seña de que he muerto ya.

Ya pasaron los siete años,
cerca de los ocho van.
Gerineldo no ha venido
seña de que ha muerto ya.

Gerineldo no se ha muerto,
Gerineldo vivo está,
se usted me diera licencia,
yo lo iría a buscar.

¿Quién te lo quita, hija mia?
quién te lo iba a quitar?
Quita tus sortijas de oro
y ponte un pobre sayal,
buscarás una criada,
que te vaya a encaminar.

Ya pasa la raya a Francia
y entra en la de Portugal,
y encuentra unos pastorcillos
de los que comen su pan.

Pastorcillo, si eres noble,
si eres noble me dirás
de quién son aquellas mulas
que salen a pasear.

Son del Conde Flor, señora,
mañana se va a casar,.
Y a los dos pasos que dió
con él "principió" a hablar.

Le ha pedido una limosna,
de limosna le dió un real.
¡Oh, benaya, el caballero,
qué poca limosna da!
Cuando usted estaba en su tierra
más limosna solía dar.

¿De dónde es usted, la señora?
¿de dónde es usted natural?
De allá arriba muy arriba
a las orrillas del mar.

Y si es de allá arriba tan arriba,
¿no trae nada que contar?
Que el Conde Flor se ha marchado
y ha dejado a su esposa
y a verla no volverá.

Yo bien la quisiera ver,
por ver qué vestido trae.
Con los ojos que usted tiene
mirando para ella está.

Se desmayó Gerineldo
y se cayó para atrás,
y ha salido la otra dama
de su palacio real.

¡Oh, benaya la ramera
y quien me la trajo acá!
que por culpa la ramera
el Conde Flor morirá.

El Conde Flor no se ha muerto,
el Conde Flor vivo está.
Levántate Conde Flor,
si te quieres levantar,
yo no te he dado motivos
para poderte desmayar.

Que la niña que está en cinta,
en cinta se ha de quedar,
que los amores primeros
son muy malos de olvidar.

Más o menos, ésto es El Romance de Gerineldo, salvo algún error que sabréis disculpar. Los que conocimos de cerca a Cesárea ("bueli") la hemos oido un montón de veces. Ahora la dejamos aquí escrita para que no se nos olvide.