Los colchoneros nos alegramos, y espero que recodéis que no os pusimos
piedras en el
camino.
Creo entender que la
flor de los frutales no se heló. Estaba preocupado, pues un día M. A., dijo algo así como todo parecía que iba a caer una pelona y si sucedía ya habíamos comido las
cerezas.