En La Urz, el Monte de los Frailes representa, como ningún otro, esa mezcla de leyenda e historia no escrita que se alimenta en su situación geográfica y las huellas dejadas por una actividad humana antigua, consistentes en restos de edificaciones y caminos.
No recuerdo dónde, pero en una ocasión leí que la historia escrita apenas representaba el uno por ciento de todo lo sucedido. En este paraje, si tuvo interés, yo creo que sí, tenemos que encuadrarlo en los primeros años de la Reconquista, aunque se haya seguido explotando con posterioridad.
El Monte de los Frailes está situado en la Braña de La Urz y, grosso modo, lo delimitamos al norte y oeste por el camino de los Babianos (Cordel), al sur, si incluimos el Calero, con la Chana –pertenece a Irede- y al este el río de del mismo nombre con sus prados. El río de Irede se cruza con el Cordel en el Cuartero de Mallo de Luna.
Para acceder al Monte de los Frailes, desde el campo de la braña, hasta hace unos años se realizaba por la vallina de los Abedules, ahora, es prácticamente imposible hacerlo por la cantidad de piornos y otras plantas. Por este vallecillo discurre un riachuelo, en cuyo origen había un campar que al pisarlo hundía a modo de vellón, transmitiendo una sensación de suavidad, que nunca he percibido en otro lugar. Junto al regato, próximo a la confluencia con el de la Vallina de los Conventos, está el roble Evangelio.
El nombre de este roble le fue adjudicado por la gente porque un vecino de La Urz le grabó las iniciales del suyo: Ev.
La vallina de los Conventos, baja casi desde la Filera, atraviesa el Cordel para juntarse con la de los Abedules y en un solo valle caer al río de Irede. Creo recordar en entre el Cordel y las peñas de la Sierra tiene otro nombre, pero no me viene a la mente. Al final de la misma también tiene pequeño manantial.
Entre las dos vallinas hay un bosque, ligeramente inclinado hacia la de los Conventos, que se regaba mediante presas hechas desde la de los Abedules. Aquí se formó un socavón natural de grandes dimensiones en el cayeron dos novillas, y del que no pudieron salir, hasta ser rescatadas cuando habían transcurrido tres días. Este pozo seco se anegó con troncos y ramas para que no volvieran a caerse las vacas.
Dicen que esta pequeña falla está producida por la corriente subterránea que baja desde los “llamargales” de la Filera para salir en la Fuente de la Molinera. Llamada así porque su agua sale como si tuviera harina. El agua es fría y no tiene un sabor específico, aunque se calienta rápidamente.
Al inicio de la vallina de los Abedules salía un camino de carros que atravesaba el Calero hasta las caleras ubicadas hacía la mitad de la loma con vistas a Irede.
La cala ha sido utilizada con diversos fines a lo largo de la humanidad, he visto utilizar el camino con carros para transportar madera.
Siguiendo por el camino de los Babianos, en dirección al Cuartero, y al poco de pasar la vallina de los Conventos, salía un camino de carros que se introducía en el Monte de los Frailes y pasaba por la parte de arriba de los restos de dos edificaciones.
En el Monte de los Frailes había, y hay tres restos de construcciones:
El primero de ellos está a mano derecha, entrando, desde el camino de los Babianos, en la vallina de los Conventos siempre he oído decir que era un molino.
Los otros dos están ubicados casi al final del camino comentado, más arriba, un poco antes de que el bosque comience a girar para formar la vertiente derecha del río de Irede y próximos a la peña de Jugo y casi en su perpendicular. Desde esta posición se ve el valle del río de Irede, que vierte sus aguas en el río Luna.
En las ruinas se podía apreciar una edificación pequeña sin divisiones junta a otra bastante más grande con tres paredes interiores.
Todas estas construcciones han sido, a lo largo de la historia, desmanteladas. Es más, desde que yo las conocí al verano pasado, han sufrido la visita de los “estudiosos de laboratorio”. También es cierto que han pasado una pila de años.
Antes de que se me olvide, y a modo de anécdota, el último prado del valle de Irede que da al Monte de los Frailes y próximo a las dos edificaciones se llama el “Prao del Cura”, ignoro el motivo del nombre, que puede ser que perteneciera alguna familia de la zona que tuviera un sacerdote entre sus miembros, que fuera propiedad de la Iglesia o que al estar en una pendiente pronunciadísima para segarlo había que rezar antes.
Decía al principio, que, para mí, el Monte de los Frailes tenía interés histórico, aunque no hubiera referencias escritas, y creo que su razón hay que buscarla en el camino de los Babianos, que transcurre a su lado. Esta vía, en alguna de sus partes coincide con el Cordel y en otras no.
Por lo que se refiere a La Urz, lo recibimos desde el Cuartero, atraviesa la peña del Jugo, que tuvo que ser demolida, en su parte central, por el hombre para permitir el paso de carros, caballerías cargadas y facilitar el de las personas y otras bestias. Al quedar el camino encajonado y de paso obligado se puede utilizar para controlar quién pasa, cuántos lo hacen y qué portan.
Para los curiosos añadir que la muga, que marca la separación entre los términos municipales de Mallo de Luna y La Urz, es un peñasco que está junto al camino y entre el Cuartero y la peña del Jugo. Como es habitual, tiene una cruz grabada.
El origen del nombre del Camino de los Babianos vendría dado por la procedencia de las personas que lo transitaban, o por las dos comarcas que unía Babia y Omaña.
Esta vía de comunicación cuando entra en el término La Urz se confunde con el Cordel, hasta el campo de la Braña, pues mientras que éste lo bordea para continuar entre los Altos de los Bayos y el Calero para seguir por la cumbre hacia Villayuste, el camino lo atraviesa, en dirección a La Urz, para seguir por los Miros, la Cavadura, Entrecaminos, las Eras y el Campiello de Arriba, - aquí vuelve a continuar en solitario por Matarredonda, el Casarín, la Cerra, las Camparinas de Abajo para desembocar en el curva del Árbol (carretera a Riello).
El Camino de los Babianos siempre ha estado libre para su tránsito, ahora está lleno de maleza y robles, pero yo recuerdo ver en la feria de Riello, paisanos de Babia con terneros que habían transportado en carro de vacas por La Urz.
También recuerdo que desde Pola de Lena, alguna vez venía un hombre andando en el día y paraba en casa de Paulino. Así como de Caldas de Luna.
Dice la historia que en la antigüedad, los ejércitos, los grupos humanos trashumantes o nómadas se desplazaban por el camino más corto, buscando los valles y para cruzar las montañas lo hacían por sus laderas o por las zonas menos pendientes.
Desde la zona central de Asturias en la Edad Media ¿cuál era el camino menos penoso para ir a Astorga?
Los Cordeles y las Cañadas que se diferencian entre sí, básicamente, sólo por su anchura no tienen protección real hasta las Leyes de la Mesta. Sin embargo, la salvaguarda de El Camino de los Babianos tiene que ser muy anterior.
A modo de resumen se puede decir que el Monte de los Frailes, y en el sitio que están ubicadas las dos edificaciones se podía controlar, cobrar y auxiliar a todo el mundo que pasase por el Camino de los Babianos o se escapara por el curso del rio de Irede. Si estamos en período de la Reconquista los frailes no podían faltar.
No recuerdo dónde, pero en una ocasión leí que la historia escrita apenas representaba el uno por ciento de todo lo sucedido. En este paraje, si tuvo interés, yo creo que sí, tenemos que encuadrarlo en los primeros años de la Reconquista, aunque se haya seguido explotando con posterioridad.
El Monte de los Frailes está situado en la Braña de La Urz y, grosso modo, lo delimitamos al norte y oeste por el camino de los Babianos (Cordel), al sur, si incluimos el Calero, con la Chana –pertenece a Irede- y al este el río de del mismo nombre con sus prados. El río de Irede se cruza con el Cordel en el Cuartero de Mallo de Luna.
Para acceder al Monte de los Frailes, desde el campo de la braña, hasta hace unos años se realizaba por la vallina de los Abedules, ahora, es prácticamente imposible hacerlo por la cantidad de piornos y otras plantas. Por este vallecillo discurre un riachuelo, en cuyo origen había un campar que al pisarlo hundía a modo de vellón, transmitiendo una sensación de suavidad, que nunca he percibido en otro lugar. Junto al regato, próximo a la confluencia con el de la Vallina de los Conventos, está el roble Evangelio.
El nombre de este roble le fue adjudicado por la gente porque un vecino de La Urz le grabó las iniciales del suyo: Ev.
La vallina de los Conventos, baja casi desde la Filera, atraviesa el Cordel para juntarse con la de los Abedules y en un solo valle caer al río de Irede. Creo recordar en entre el Cordel y las peñas de la Sierra tiene otro nombre, pero no me viene a la mente. Al final de la misma también tiene pequeño manantial.
Entre las dos vallinas hay un bosque, ligeramente inclinado hacia la de los Conventos, que se regaba mediante presas hechas desde la de los Abedules. Aquí se formó un socavón natural de grandes dimensiones en el cayeron dos novillas, y del que no pudieron salir, hasta ser rescatadas cuando habían transcurrido tres días. Este pozo seco se anegó con troncos y ramas para que no volvieran a caerse las vacas.
Dicen que esta pequeña falla está producida por la corriente subterránea que baja desde los “llamargales” de la Filera para salir en la Fuente de la Molinera. Llamada así porque su agua sale como si tuviera harina. El agua es fría y no tiene un sabor específico, aunque se calienta rápidamente.
Al inicio de la vallina de los Abedules salía un camino de carros que atravesaba el Calero hasta las caleras ubicadas hacía la mitad de la loma con vistas a Irede.
La cala ha sido utilizada con diversos fines a lo largo de la humanidad, he visto utilizar el camino con carros para transportar madera.
Siguiendo por el camino de los Babianos, en dirección al Cuartero, y al poco de pasar la vallina de los Conventos, salía un camino de carros que se introducía en el Monte de los Frailes y pasaba por la parte de arriba de los restos de dos edificaciones.
En el Monte de los Frailes había, y hay tres restos de construcciones:
El primero de ellos está a mano derecha, entrando, desde el camino de los Babianos, en la vallina de los Conventos siempre he oído decir que era un molino.
Los otros dos están ubicados casi al final del camino comentado, más arriba, un poco antes de que el bosque comience a girar para formar la vertiente derecha del río de Irede y próximos a la peña de Jugo y casi en su perpendicular. Desde esta posición se ve el valle del río de Irede, que vierte sus aguas en el río Luna.
En las ruinas se podía apreciar una edificación pequeña sin divisiones junta a otra bastante más grande con tres paredes interiores.
Todas estas construcciones han sido, a lo largo de la historia, desmanteladas. Es más, desde que yo las conocí al verano pasado, han sufrido la visita de los “estudiosos de laboratorio”. También es cierto que han pasado una pila de años.
Antes de que se me olvide, y a modo de anécdota, el último prado del valle de Irede que da al Monte de los Frailes y próximo a las dos edificaciones se llama el “Prao del Cura”, ignoro el motivo del nombre, que puede ser que perteneciera alguna familia de la zona que tuviera un sacerdote entre sus miembros, que fuera propiedad de la Iglesia o que al estar en una pendiente pronunciadísima para segarlo había que rezar antes.
Decía al principio, que, para mí, el Monte de los Frailes tenía interés histórico, aunque no hubiera referencias escritas, y creo que su razón hay que buscarla en el camino de los Babianos, que transcurre a su lado. Esta vía, en alguna de sus partes coincide con el Cordel y en otras no.
Por lo que se refiere a La Urz, lo recibimos desde el Cuartero, atraviesa la peña del Jugo, que tuvo que ser demolida, en su parte central, por el hombre para permitir el paso de carros, caballerías cargadas y facilitar el de las personas y otras bestias. Al quedar el camino encajonado y de paso obligado se puede utilizar para controlar quién pasa, cuántos lo hacen y qué portan.
Para los curiosos añadir que la muga, que marca la separación entre los términos municipales de Mallo de Luna y La Urz, es un peñasco que está junto al camino y entre el Cuartero y la peña del Jugo. Como es habitual, tiene una cruz grabada.
El origen del nombre del Camino de los Babianos vendría dado por la procedencia de las personas que lo transitaban, o por las dos comarcas que unía Babia y Omaña.
Esta vía de comunicación cuando entra en el término La Urz se confunde con el Cordel, hasta el campo de la Braña, pues mientras que éste lo bordea para continuar entre los Altos de los Bayos y el Calero para seguir por la cumbre hacia Villayuste, el camino lo atraviesa, en dirección a La Urz, para seguir por los Miros, la Cavadura, Entrecaminos, las Eras y el Campiello de Arriba, - aquí vuelve a continuar en solitario por Matarredonda, el Casarín, la Cerra, las Camparinas de Abajo para desembocar en el curva del Árbol (carretera a Riello).
El Camino de los Babianos siempre ha estado libre para su tránsito, ahora está lleno de maleza y robles, pero yo recuerdo ver en la feria de Riello, paisanos de Babia con terneros que habían transportado en carro de vacas por La Urz.
También recuerdo que desde Pola de Lena, alguna vez venía un hombre andando en el día y paraba en casa de Paulino. Así como de Caldas de Luna.
Dice la historia que en la antigüedad, los ejércitos, los grupos humanos trashumantes o nómadas se desplazaban por el camino más corto, buscando los valles y para cruzar las montañas lo hacían por sus laderas o por las zonas menos pendientes.
Desde la zona central de Asturias en la Edad Media ¿cuál era el camino menos penoso para ir a Astorga?
Los Cordeles y las Cañadas que se diferencian entre sí, básicamente, sólo por su anchura no tienen protección real hasta las Leyes de la Mesta. Sin embargo, la salvaguarda de El Camino de los Babianos tiene que ser muy anterior.
A modo de resumen se puede decir que el Monte de los Frailes, y en el sitio que están ubicadas las dos edificaciones se podía controlar, cobrar y auxiliar a todo el mundo que pasase por el Camino de los Babianos o se escapara por el curso del rio de Irede. Si estamos en período de la Reconquista los frailes no podían faltar.