Aquí, como se pasen unos días sin leer los mensajes, te quedas más que rezagado y anticuado. Menos mal que, apretando el “ratón” en mensajes anteriores, puedes ponerte al corriente.
Diez Diez, la ruta 5ª, ya colgada en información, me parece muy buena, pero ojo que nadie se engañe es dura y con obstáculos diversos, aunque parte de su trayecto se pueda realizar por algún prado y camino acondicionado.
El recorrido de la zona de la Devesa del río, que sitúas entre los prados de la Linar y La Preda, en mi opinión, se debe realizar despacio para comprobar que está en penumbra, aunque sean las seis de la tarde de un día de verano, y se nota una bajada de la temperatura. Antiguamente, se veían lechuzas o búhos, de animales de entiendo, posados en los robles.
En la Peña de San Francisco (la de la Miel), aparte de las hazañas, aquí se iban a aposentar algunos enjambres cuando se escapaban y formaban esos racimos característicos, que bajando por el camino de las Peñas hacia la Muñeca, se podían ver. En esta peña también había un nido de milanos, cuervos o grajos, pero, para mí, lo más peculiar es el tipo de musgo de color amarillento que tiene en la oquedad, raja, próxima a la cima. A la que por cierto, se puede acceder, aunque no lo aconsejo, con cierta facilidad desde la Cascariella.
Desde la fuente de la Muñeca, también se puede regresar al pueblo, cogiendo el camino que sale desde la portillera del prao de Tomás, discurre por el Monteciello- creo recordar que se llama así-, pasando por la parte de arriba de dónde nace la fuente, para llegar a las peñas del Campiello bajero, en una sus curvas, que queda enfrente de la Revuelta, se puede tener la sensación que estás colgado en un mirador.
Diez Diez, la ruta 5ª, ya colgada en información, me parece muy buena, pero ojo que nadie se engañe es dura y con obstáculos diversos, aunque parte de su trayecto se pueda realizar por algún prado y camino acondicionado.
El recorrido de la zona de la Devesa del río, que sitúas entre los prados de la Linar y La Preda, en mi opinión, se debe realizar despacio para comprobar que está en penumbra, aunque sean las seis de la tarde de un día de verano, y se nota una bajada de la temperatura. Antiguamente, se veían lechuzas o búhos, de animales de entiendo, posados en los robles.
En la Peña de San Francisco (la de la Miel), aparte de las hazañas, aquí se iban a aposentar algunos enjambres cuando se escapaban y formaban esos racimos característicos, que bajando por el camino de las Peñas hacia la Muñeca, se podían ver. En esta peña también había un nido de milanos, cuervos o grajos, pero, para mí, lo más peculiar es el tipo de musgo de color amarillento que tiene en la oquedad, raja, próxima a la cima. A la que por cierto, se puede acceder, aunque no lo aconsejo, con cierta facilidad desde la Cascariella.
Desde la fuente de la Muñeca, también se puede regresar al pueblo, cogiendo el camino que sale desde la portillera del prao de Tomás, discurre por el Monteciello- creo recordar que se llama así-, pasando por la parte de arriba de dónde nace la fuente, para llegar a las peñas del Campiello bajero, en una sus curvas, que queda enfrente de la Revuelta, se puede tener la sensación que estás colgado en un mirador.