La matanza comenzaba con la llegada del matanchín (en castellano matarife) y los parientes que iban a ayudar, a los que se recibía con la copina de orujo y unas galletas marías y unas pastas hechas en casa. Yo prefería un trozo de pan empapado en anisado.
Despues a por los "gochos", se solían matar dos o tres dependiendo del numero de personas de la casa. Se habían tenido sin comer dsde uno o dos días antes y se los intentaba sacar de la cubil arreandolos para acercarlos lo más posible al banco de matanzas; una vez cerca el matanchin los cogía por la mandibula inferior con un gancho de hierro (tenía en la parte de atras un semicirculo para acoplarse a la pierna y mantenerle el cuello estirado para facilitar el clavar el cuchillo). En el momento de clavarle el gancho empezaba la lucha, el gocho por soltarse y la gente porqué no se soltase, y agarrando cada uno por donde podía, se lo llevaba al banco y se lo tendía en él para despues ponerle una manea de soga en las dos patas de alante y una vez colocada se le trababa en el medio una de las patas de atras, los ayudantes se echaban sobre el cerdo y lo sujetaban. Así inmovilizado llegaba la hora de clavar el cuchillo directo al corazón, el escandalo era monumental hasta que la sangre ahogaba los gruñidos y poco a poco entregaba su vida. La recogida de la sangre era fundamental para poder hacer las morcillas, se ponía un caldero debajo del chorro y se removía continuamente para que no se cuajase.
Despues se le aplicaba calor por varios metodos, uno de ellos era con argomas ardiendo, hasta que se habían quemado las serdas y la primera capa de piel estaba lista para desprenderse raspando con un cuchillo. Se labava para quedar mas blanco.
Llegó la hora de abrirlo desde la boca hasta el culo, pasando por la barriga, y sacar todas las visceras, grasa, tripas, etc. dejandolo totalmente vacío y listo para colgar a orear.
A continuación había que lavar las tripas, el trabajo mas duro y desagradable de la matanza que, como siempre, estaba encomendado a las mujeres.
Se dejaban colgados dos o tres días y luego a "estazarlos".
Para resarcirse del esfuerzo, una opipara comida de hermandad y una sobremesa de café con licores y una partida de cartas.
Despues a por los "gochos", se solían matar dos o tres dependiendo del numero de personas de la casa. Se habían tenido sin comer dsde uno o dos días antes y se los intentaba sacar de la cubil arreandolos para acercarlos lo más posible al banco de matanzas; una vez cerca el matanchin los cogía por la mandibula inferior con un gancho de hierro (tenía en la parte de atras un semicirculo para acoplarse a la pierna y mantenerle el cuello estirado para facilitar el clavar el cuchillo). En el momento de clavarle el gancho empezaba la lucha, el gocho por soltarse y la gente porqué no se soltase, y agarrando cada uno por donde podía, se lo llevaba al banco y se lo tendía en él para despues ponerle una manea de soga en las dos patas de alante y una vez colocada se le trababa en el medio una de las patas de atras, los ayudantes se echaban sobre el cerdo y lo sujetaban. Así inmovilizado llegaba la hora de clavar el cuchillo directo al corazón, el escandalo era monumental hasta que la sangre ahogaba los gruñidos y poco a poco entregaba su vida. La recogida de la sangre era fundamental para poder hacer las morcillas, se ponía un caldero debajo del chorro y se removía continuamente para que no se cuajase.
Despues se le aplicaba calor por varios metodos, uno de ellos era con argomas ardiendo, hasta que se habían quemado las serdas y la primera capa de piel estaba lista para desprenderse raspando con un cuchillo. Se labava para quedar mas blanco.
Llegó la hora de abrirlo desde la boca hasta el culo, pasando por la barriga, y sacar todas las visceras, grasa, tripas, etc. dejandolo totalmente vacío y listo para colgar a orear.
A continuación había que lavar las tripas, el trabajo mas duro y desagradable de la matanza que, como siempre, estaba encomendado a las mujeres.
Se dejaban colgados dos o tres días y luego a "estazarlos".
Para resarcirse del esfuerzo, una opipara comida de hermandad y una sobremesa de café con licores y una partida de cartas.