LA VEGA DE ROBLEDO: LA DAMA DE ARINTERO...

LA DAMA DE ARINTERO

"Todas estas noticias romancescas deforman la personalidad de la Dama. Parecen fantasías, solamente admisibles como creaciones imaginativas.

Sin embargo hay un hecho cierto e incustionable. En Arintero existieron esos privilegios desde tiempo inmemorial hasta los años de nuestros abuelos, avalados por un escudo heráldico perteneciente al linaje de los Arintero".

Maximiliano González Flórez, en

LA MONTAÑA DE LOS ARGÜELLOS

El ambiente histórico que sustenta la Dama de Arintero

Cuando la voz de los heraldos anunció a Castilla y León que Enrique IV había muerto fue proclamada, con tres gritos de ¡viva el rey!, su hermana Isabel I como reina, juntamente con su esposo Fernando V; y aunque éste se hallaba educado en las costumbres de Aragón y sus leyes, que excluían del trono a las mujeres, pretendió gobernar por sí solo, convinieron al fin, ambos cónyuges, llamados por antonomasia "Los Reyes Católicos", en que todos los instrumentos públicos llevarían las firmas, bustos y armas de ambos, con la fórmula del "tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando".

Pero Doña Juana La Beltraneja, apoyada por algunos magnates y prometida en matrimonio al rey de Portugal, Alfonso V, encendió una guerra civil que terminó en el decisivo combate de Toro, con el triunfo de Los Reyes Católicos; firmándose luego un tratado de paz en que se estipuló el matrimonio de La Beltraneja con el infante Don Juan, hijo de Los Reyes Católicos; pero tal enlace no se verificó, y la princesa Doña Juana tomó el hábito de religiosa haciendo renuncia de sus derechos a la corona.

En toda España suena la llamada a la guerra y acuden los partidarios de uno u otro bando: En León, la familia de los Quiñones se va al lado de La Beltraneja; el conde Luna, con el rey de Portugal y el rey de Francia.

La otra familia todopoderosa leonesa se va al otro bando, como era lógico entre los magnates que se disputaban el poderío de la ciudad. Son los Guzmanes. Los Guzmanes de Aviados, que tienen gran influencia en toda la cuenca del Porma y el Curueño. Los mozos de la montaña toman partido por Isabel y acuden a la llamada.

Una dama montañesa se alista como soldado

Nos hallamos en la primavera del año 1476, cuando los mozos se alistan con sus pertrechos y se encaminan hacia Toro, Albuera o Zamora, para engrosar las tropas de Isabel y Fernando.

Pero hay un vecino de Arintero que no tiene hijos, y sufre por no poder ayudar a sus reyes, ya que su ancianidad no le permite empuñar la lanza. Una de sus hijas se apresta a ir a la guerra vestida de soldado. Vencidos los reparos del padre, la gentil moza que cubre sus cabellos con el sombrero, monta en su caballo y parte para la lid.

Luego de los combates de Peleasgonzalo, cerca de Toro, es descubierta la dama cuando se bañaba en el Duero, y sus compañeros de milicia la llevan ante el rey, que asombrado premia su hidalguía y la licencia del ejército; no sin antes concederle los privilegios que ha estimado a bien para ella, para su familia y para su pueblo Arintero.

La dama se volvió muy contenta para su montaña, y con la satisfacción del deber cumplido ante sus reyes.

Una partida de bolos en La Cándana

Una cosa es lo que dijera Fernando y otra muy distinta lo que pensara Isabel. ¿Cómo la reina iba a consentir la concesión de privilegios, en unos momentos en que estaban desmochando castillos y bajando los humos a la levantisca nobleza?.

Enterarse de lo que había concedido su marido a la Dama de Arintero y lanzar emisarios tras ella, para que le arrebataran los pergaminos, de grado o por fuerza, fue todo uno.

La leyenda cuenta que le dieron alcance en La Cándana, cuando jugaba una partida de bolos con los mozos del lugar, con las bolas cachas y el birle; aunque los pergaminos ya habían corrido hacia Arintero en manos de sus acompañantes.

"La Cándana, pueblo triste

porque en tu recinto viste

morir la luz de Arintero.

Toda la montaña llora

la alegría de tus muros

y, en la Dama, a quien adora

mira sus timbres más puros".

Don Maximiliano González Flórez, el historiador del Torio ha buceado mucho por archivos y dice que solamente ha visto la copia de la tarjeta que los Regidores de Arintero presentaron al Escribano y Juez de Valdelugueros, en la que relata la marcha de la Dama a la guerra, el descubrimiento de su personalidad y los privilegios concedidos.

No obstante, el Sr. Flórez dice que ni García Garrafa en sus noventa tomos de heráldica, ni Basanta en su "Sala de Hijosdalgo de la Cancillería de Valladolid", ni Julio Atienza en "Nobiliario Español" hablan de títulos de nobleza para el padre de la Dama.

Los romances también confunden por la serie de nombres que se le dan a la Dama. En unos, Cristianía; en otros, Juana; y otros le llamaban el caballero Oliveros. También circula el nombre de Diego Ortuño, bien para la Dama bien para su padre. Y las hazañas las sitúan cerca de Zamora, y en otros romances cerca del Tajo.

La tradición sigue manteniendo la leyenda, y aunque el original del documento se ha perdido parece que hay una copia sin fecha, aunque se deduce pertenecer a los días de Felipe V, siglo XVIII, porque en su cabecera se acuña un borroso sello en el que se lee: "Felipe V... Hispania". Se halla en el Museo del Ejército, entregado por el padre Getino, de Valdelugueros.

continua.....
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Ferbla mi amigo querido, tu no sabes la alegria que me das cuando leo tus mensagens, alen de aprender historia, y ber tus poesias las cuales me dan mucha alegria, dicen! que Dios los cria y hellos solitos se juntan?
Asi mos sucedió a nosotros, Dios me dio eses angeles Adela, Antonio, Marilin, Pilar, Berta, Jose, y otros mas, gracias por vosotros existir en mi vida, que Dios os bendigan siempre. PAZ