La
torre de cemento en forma de
Cruz que alberga las
campanas, corresponde a la última
estación del
Via Crucis, mide 53 metros y en su base hay una
piedra simbolizando el sepulcro de
Cristo, cuyas llagas, pies, manos y cara, aparecen grabados sobre ella. Sobre esta piedra se celebra la Misa en los días de gran
fiesta.