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explotación minera de oro romana, LAS MEDULAS

Las Medulas se encuentran cerca del pueblo del mismo nombre en la comarca del Bierzo, León, son el resultado de una inmensa explotación de oro en la época romana. En la actualidad si utilizásemos los mismos medios para la explotación de una mina, estaría considerado un delito ecológico. Pero como consecuencia de dicha explotación ha dado como resultado un paisaje de cuento.

Esta considerada la mayor mina de oro a cielo abierto del imperio romano. Fue declarado en 1997 por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Las Medulas son la consecuencia de la poderosa ingeniería romana que fue capaz de construir canales de agua con más de 100 km de longitud.

El territorio protegido ocupa unas 6.000 hectáreas. El sistema utilizado por los romanos era almacenar grandes cantidades de agua en unos depósitos que en la actualidad no existen. Estas grandes cantidades de agua eran utilizadas para lavar, transportar y derruir, todas estas tareas imprescindibles para la explotación minera de las Medulas.

El agua se transportaba desde montañas más elevadas y distantes, por medio de unos canales escavados en la roca con un desnivel inferior al 1% en algunos casos llegan a los 100Km de longitud y que hoy pueden ser contemplados en numerosos tramos.

Como consecuencia de la utilización del agua para la explotación minera, se produjo la creación del lago Carucedo que en la actualidad es muy importante con una rica fauna y vegetación.

El Lago tiene un perímetro de aproximadamente 5 kilómetros y 9 metros de profundidad máxima.

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Cuenta con varias leyendas relacionadas con su existencia.

Una de ellas dice que la espada de Roldán paladín y sobrino de Carlomagno, se encuentra sumergida en él, la espada llamada Durandarte o Durandal contaba con varias reliquias como un diente de San Pedro, sangre y cabellos de san Basilio, así como manto de Santa María. La espada termino en el lago después de que Roldán intentase inútilmente romperla contra una roca para que no cayera en manos de los infieles vascones, después de sufrir una derrota.

Otra leyenda cuenta que en el cercano Castillo de Cornatel vivió en otros tiempos un señor que en una de sus cacerías se encontró con una bella pastora a la que ultrajo y su novio vengo dando muerte al señor, después huyó temeroso de las posibles represalias que sufriría si se descubría el asesinato. Regresando años más tarde a la zona como monje en el monasterio cercano de Carucedo, donde llegaría a ser abad. Lugar donde acudieron las gentes del lugar a pedirle ayuda, víctimas de las fechorías y el mal de ojo que les echaba una bruja de los alrededores. El abad acudió a su encuentro una noche dispuesto a conjurar a la mujer, que no era otra que su amada de la juventud. Fue tan apasionado el encuentro en una ermita cercana, que la tierra se estremeció. Del cielo cayeron rayos y truenos, y el valle entero se inundó como castigo formando el Lago de Carucedo.

También cuenta con otro episodio fantástico que relaciona este espacio con la ciudad de Lucerna, sumergida y anegada por sus pobladores, ante su inminente conquista por Carlomagno.

La última de las leyenda que hemos encontrado cuenta que el lago surgió por las lágrimas de la semidiosa celta Bernia como consecuencia de un desamor que sufrió con el centurión Cancio.