Las médulas.
Las Médulas:
Montañas que volaron por las aires.
Los
Romanos, una vez conquistado un pais, apenas perdían el tiempo en temas políticos pues respetaban los gobiernos locales (aunque naturalmente gobernaban bajo su supervisión). Tampoco se ponían demasiado pesados con los cultos religiosos ya que también acostumbraban a ser tolerantes con las creencias y salvo excepciones como la de los Druidas Galos, a quienes prácticamente exterminaron pues les creían realmente poderosos, respetaban los cultos nativos. Los romanos, gente pragmática donde las haya, lo que hacían con sus conquistas era… enriquecerse y también demostraron ser enormemente eficaces en este tema.
Las Médulas, situadas en la actual provincia de
León y antiguo territorio Astur, fue la mayor explotación aurifera del imperio. Y para darse cuenta de la magnitud, voy a dar unas cifras. Estuvieron extrayendo oro de este lugar durante unos 250 años. Se cree que entre trabajadores, guardias, etc, vivían allí de modo permanente unas 60.000 personas y se calcula que en este tiempo lograron sacar entre 1.500.000 kg y 1.650.000kg del dorado material removiendo para ello 500 millones de toneladas de material. Es decir, movían una media de más de cinco millones de kg. de tierra diarios y su huella ha perdurado en el
paisaje donde pueden verse las montañas devastadas por la mano del hombre.
¿Cómo lograron los ingenieros Romanos derruir literalmente unas montañas sin tener explosivos ni maquinaria? Pues como siempre con ingenio, mano de obra abundante y
agua, mucha agua. El sistema hidráulico de las Médulas es el más espectacular de los conocidos, por la cantidad de agua utilizada, longitud y ramificaciones de sus
canales. Lograron captar agua desde varios puntos para llevarlo hasta la explotación. Se cree que los canales puedan tener una longitud de 300 km con una pendiente de sólo el 0,6 % y del 1%. El ancho es de 1,28 m, siempre igual excepto en las curvas que para evitar la deceleración, es de 1,60. El alto es de 90 cm. A trechos, el
canal entra bajo la peña en forma de
túnel. La construcción de estos canales fue la obra más difícil y costosa con mucha diferencia. Este agua se iba acumulando en depósitos en la zona superior de las
minas. Luego se seleccionaba la parte de la
montaña que se quería abatir y se le realizaban unas galerías en el principio de la zona “de corte” Durante varios días se inundaba estas galerías con el propósito de reblandecerla, produciendo así un plano de fractura. A continuación se ahuecaba una zona de forma aproximadamente esférica en el centro
monte seleccionado para producir su “
ruina”. Se introducía agua a presión por la parte inferior de la citada cavidad lo que producía la compresión del aire almacenado cuya presión aumentaba al disminuir el volumen de acuerdo con la ley de Boyle. Cuando la presión interior superaba la resistencia del terreno se provocaba la “ruina montium”, produciéndose la expansión de aire comprimido. Literalmente, la montaña volaba por los aires. A continuación esta ingente cantidad de material se lavaba a través de otros canales de agua donde se cribaba y extraían las pepitas de oro.
Aquí se puede ver una animación en flash muy ilustrativa.
Plinio el Viejo lo describió así:
“las montañas son minadas a lo largo de una gran extensión mediante galerías hechas a la luz de
lámparas, cuya duración permite medir los turnos y por muchos meses no se ve la luz del día. Este tipo de explotación se denomina ‘arrugia’ A menudo se abren grietas, arrastrando a los mineros en el derrumbamiento […] Por ello se dejan numerosas
bóvedas de
piedra para sostener las montañas. En los dos tipos de trabajos se encuentran a menudo
rocas duras; se las hace estallar a base de fuego y vinagre [o agua], pero a menudo, como en este caso, las galerías se llenan de vapor y humo; se destruyen estas rocas golpeándolas a golpes de martillos que pesan 150 libras [unos 50 kg.] y los fragmentos son retirados a las espaldas de hombres, […] Acabado el trabajo de preparación, se derriban los apeos de las bóvedas desde los más alejados; se anuncia el derrumbe y el vigía colocado en la cima de la montaña es el único que se da cuenta de él. En consecuencia, da ordenes con gritos y con gestos para poner en aviso a la mano de obra y, a la vez, él mismo baja volando. La montaña, resquebrajada, se derrumba por sí misma a lo lejos, con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como un increíble desplazamiento de aire […]”
Actualmente, Las Medulas han sido declaradas paisaje cultural patrimonio de la humanidad. Se pueden visitar algunas antiguas galerías y el entorno y encanto general hace que sea una visita muy recomendable.