Pues daros prisa porque el abedul tiene las horas contadas. Pues ya va siendo hora de que vuelvas. Verás cuánto medró el abedul de la torre desde que lo bajaron. Y la Peña Mateo, ¡desconocida, oye! ¡Qué recuerdos me traen éstas fotos!
Estuve en Lois cuando aún no habían tenido que quitar el árbol de la torre de la iglesia, y esa es una imagen de las que no se olvidan en la vida. Es preciso mimar éstos parajes porque son maravillosos. Quisiera que mis hijos alguna vez disfruten de la sensación que se siente en esas montañas.