cuando se citaban a concejo, para arreglar los caminos, la gente ya protestaba que faltaban algunos vecinos que se les castigaba a pagar una suma de dinero para comprar vino, el cual una vez lo trajeron en un garrafon de petroleo y se pusieron todos malos, pero eso no paso de una anecdota pues ninguno paso a males peores, es decir ninguno la palmo, pero fue una de tantas anecdotas que se recuerdan con nostalgia pues ya ni siquiera hoy se da esa situacón por falta de vecinos que acudan al concejo.