Hoy quiero contaros una anecdota que vivi en compañia de mi prima carmina, en ese momento la vivi con Mucha pena y miedo, que hera mi compañero inseparable en el pueblo.
A los màs jovenes os contara los mayores lo que era la veceira. Se llevaban
las vacas a la sierra y all``i por turno, estabas cuidando, tanros dias
t como vacas tuviras. os lo digo de verdad y vivia eso dias en la sirra como un
verdaro martiro, cuando llegaba el oscurecer, la tristece se me agarraba al corzòn y pesaba como una piedra el entorno ya lo conoceis, y en la peña negar hacian si nido las chovas que esa hora graznaban enloquecidas revoloteàndo
alrededor de la peña. Una de esas veces que me tocaba estar allì junto con Carmin, se formo una tormenta por la noche, que nos aterrorizo, las peñas repetian el eco de los trueno y el fragor era espantoso, con la luz de un relanpago miramos la majada y estaba completamente desierta, hay donde estaban las vacas, buscamos un trozo donde huviera menos goteras y nos abrazamos temblado, pensando donde estaria las vacas. el sueño nos vencio y nos quedqmos dormidas y despertamos cuando ya era de dia y las todas las vacas estaban allì, se habian protegido de la tormenta refugiando se en la maleza
y volviron al amanecer, ese dia nos tocaba que nos relebaran por por la noche no aparecio nadie pensams que vendrian por la mañana pero no, llevamos las las vacas a los pastos y por la noche se repitio la tormenta, nosotrass ya no 3estuvimos tan asustadas, tampoco aparecio el esperado relevo, otra vez salimos a los pastosy regresamos por la tarde esperando el relevo y tampoco, asi que despues de deliberar seriamentee, decidimos que si al dia siguiente nadie venia bajariamos la veceira pora el pueblo. asi fue como despues de analizar los peligros que suponia el atrevimiento sobre todouna buena regañina de nuestras madres, de buena mañana y con el estomago vacio y las vacas tambien en ayunas arreamos las vacas hasta la senda y ellas docilmente marcharòn para el puebo con nosotras detras.
Cuando llegas mi madre estaba con ese color palido verdoso quees ese color que tambien se me pone a mi cuando estoy disgusta y yo le dige mama es que no subian a relevarnos y ella me contesto hecho bien ya teniais quehaber venido ayer, sientate para desayunar (cro que la riña habia sido con otra persona)
Por ejemplo con los que no habian atendido su belia, yo la abrtace y me senti completamentye feliz cuando repaso mis momentos felices siempre me acuerdo de este. y creo que desde entoces ya se termino la constumbre de la veceira y6o por lo menos nunca tuve que volver a ala sierra, años despues fui con tia Elena, Mi made, mi mari8do y mi hijo mayor, pero esa vez fuimos de escursiòn. A aCarmina mi prima tampoco la riñeron parecia que nuestras madres
se sentian orgullosas de nuestra azaña, Carmina estas en mis recuerdos y en mis vivencias del pueblo, un beso
A los màs jovenes os contara los mayores lo que era la veceira. Se llevaban
las vacas a la sierra y all``i por turno, estabas cuidando, tanros dias
t como vacas tuviras. os lo digo de verdad y vivia eso dias en la sirra como un
verdaro martiro, cuando llegaba el oscurecer, la tristece se me agarraba al corzòn y pesaba como una piedra el entorno ya lo conoceis, y en la peña negar hacian si nido las chovas que esa hora graznaban enloquecidas revoloteàndo
alrededor de la peña. Una de esas veces que me tocaba estar allì junto con Carmin, se formo una tormenta por la noche, que nos aterrorizo, las peñas repetian el eco de los trueno y el fragor era espantoso, con la luz de un relanpago miramos la majada y estaba completamente desierta, hay donde estaban las vacas, buscamos un trozo donde huviera menos goteras y nos abrazamos temblado, pensando donde estaria las vacas. el sueño nos vencio y nos quedqmos dormidas y despertamos cuando ya era de dia y las todas las vacas estaban allì, se habian protegido de la tormenta refugiando se en la maleza
y volviron al amanecer, ese dia nos tocaba que nos relebaran por por la noche no aparecio nadie pensams que vendrian por la mañana pero no, llevamos las las vacas a los pastos y por la noche se repitio la tormenta, nosotrass ya no 3estuvimos tan asustadas, tampoco aparecio el esperado relevo, otra vez salimos a los pastosy regresamos por la tarde esperando el relevo y tampoco, asi que despues de deliberar seriamentee, decidimos que si al dia siguiente nadie venia bajariamos la veceira pora el pueblo. asi fue como despues de analizar los peligros que suponia el atrevimiento sobre todouna buena regañina de nuestras madres, de buena mañana y con el estomago vacio y las vacas tambien en ayunas arreamos las vacas hasta la senda y ellas docilmente marcharòn para el puebo con nosotras detras.
Cuando llegas mi madre estaba con ese color palido verdoso quees ese color que tambien se me pone a mi cuando estoy disgusta y yo le dige mama es que no subian a relevarnos y ella me contesto hecho bien ya teniais quehaber venido ayer, sientate para desayunar (cro que la riña habia sido con otra persona)
Por ejemplo con los que no habian atendido su belia, yo la abrtace y me senti completamentye feliz cuando repaso mis momentos felices siempre me acuerdo de este. y creo que desde entoces ya se termino la constumbre de la veceira y6o por lo menos nunca tuve que volver a ala sierra, años despues fui con tia Elena, Mi made, mi mari8do y mi hijo mayor, pero esa vez fuimos de escursiòn. A aCarmina mi prima tampoco la riñeron parecia que nuestras madres
se sentian orgullosas de nuestra azaña, Carmina estas en mis recuerdos y en mis vivencias del pueblo, un beso