MI PUEBLO, PUEBLO MIO.
Tantas penas por ser hombre cuando yo era solo un niño, tantas penas
en el barro para quedarme en lo mismo, Pueblo mío.
Tu enterraste a mi padre cuando yo aún era un niño, sin guardarte mi
rencor yo sigo estando contigo, Pueblo mío.
Hay gente que te ignora anclados en el tiempo, otros queremos que sigas
a pesar de los inventos, es mi Pueblo.
Nunca admitas la derrota a pesar de los tormentos, te pido que sigas
fuerte para no tener lamentos, mi Pueblo.
Yo nací para morir, tu para seguir siendo bello, yo pronto seré barro y tu
seguirás siendo esto, mi Pueblo.
Hay amigos que parecen y hay amigos que lo son, hay amigos que perduran
hasta que te los quita Dios, mi Pueblo.
A pesar de lo pasado y a pesar de lo vivido, yo te sigo siendo fiel cómo lo soy
de mis amigos, Pueblo mío.
No le digas a la virgen que vengo roto y vencido, dile que traigo laurales, una
mujer y cuatro hijos, unos nietos que ya andan para que sigan contigo,
Pueblo mío.
A mi amigo Santos de los que han y hemos emigrado siendo emigrantes donde
hemos ido y emigrantes cuando hemos vuelto en nuestro propio pueblo.
Así lo siente el hijo de Nicolás y el rapaz de Dolores que aunque parezca que
es el mismo la vida le hizo que fueran dos.
Agapito Alonso Martinez
Tantas penas por ser hombre cuando yo era solo un niño, tantas penas
en el barro para quedarme en lo mismo, Pueblo mío.
Tu enterraste a mi padre cuando yo aún era un niño, sin guardarte mi
rencor yo sigo estando contigo, Pueblo mío.
Hay gente que te ignora anclados en el tiempo, otros queremos que sigas
a pesar de los inventos, es mi Pueblo.
Nunca admitas la derrota a pesar de los tormentos, te pido que sigas
fuerte para no tener lamentos, mi Pueblo.
Yo nací para morir, tu para seguir siendo bello, yo pronto seré barro y tu
seguirás siendo esto, mi Pueblo.
Hay amigos que parecen y hay amigos que lo son, hay amigos que perduran
hasta que te los quita Dios, mi Pueblo.
A pesar de lo pasado y a pesar de lo vivido, yo te sigo siendo fiel cómo lo soy
de mis amigos, Pueblo mío.
No le digas a la virgen que vengo roto y vencido, dile que traigo laurales, una
mujer y cuatro hijos, unos nietos que ya andan para que sigan contigo,
Pueblo mío.
A mi amigo Santos de los que han y hemos emigrado siendo emigrantes donde
hemos ido y emigrantes cuando hemos vuelto en nuestro propio pueblo.
Así lo siente el hijo de Nicolás y el rapaz de Dolores que aunque parezca que
es el mismo la vida le hizo que fueran dos.
Agapito Alonso Martinez