Hoy día de Navidad tengo un recuerdo especial para mi pueblo, Lumeras. Salí de allí con cinco años pero nunca se me olvidarán las grandes nevadas que caían por esta época; unas estampas auténticamente NAVIDEÑAS. No recuerdo que hubiera turrón, ni cordero asado, ni ninguno de estos manjares a los que estamos acostumbrados actualmente; los suplían las castañas asadas con su exquisito aroma que perfumaba toda la casa (pallozas), el caldo cociendo en el pote que colgaba de una gran cadena, familiares y vecinos sentados en aquellos escaños alrededor del fuego, contando anécdotas, y de vez en cuando el sonido de una gaita, que alguno quizás con un traguillo de más de orujo o vino del Bierzo, se desahogaba con esa música celta haciendo partícipes a todo el pueblo. TE QUIERO, LUMERAS.
Dorinda
Dorinda
Para todos aquellos que estén interesados en conocer más sobre esta filosofía de vida, a continuación dejo un enlace a mi blog Maevismo, donde estaré encantada de contestar a vuestros comentarios y reflexionar en voz alta sobre estas cuestiones.