ERMITA DE NUESTRA SEñORA DE LOS REMEDIOS
En 1641 se fundó la primitiva Ermita, muy rústica en su construcción y pobre en los materiales. Cuando se quedó pequeña para albergar a todos los devotos se construye una nueva Ermita en 1750. Esta obra hizo un templo mucho más capaz para el culto y devoción a la Virgen, que iba en aumento, sin embargo siguió reduciéndose a una única nave central, no siendo hasta 1770 cuando se lleva a cabo la verdadera reforma y ampliación.
En esta ampliación se realizó la bóveda de la capilla mayor y cúpula o media naranja en el crucero de la Ermita. También se llevó a cabo la fachada principal de marcado estilo neoclásico rematada en frontón triangular. Encima del pórtico, hay un ojo de buey que ilumina el coro o tribuna del interior. Remata esta original fachada una pequeña espadaña de un solo vano con su campana y coronada por frontón triangular con óculo central y torrecillas de piedra.
En el año 1782 se realizó la obra de las bóvedas que embelleció enormemente la imagen de la Ermita. Se siguió la moda artística en auge de la comarca: las famosas yeserías del s. XVIII, destacando por su barroquismo en la decoración y viveza de colores. Entre los materiales empleados destacan el yeso y el ladrillo.
Los "canzeles" están formados por tres arcos de medio punto. Encima de los arcos corre una balaustrada de madera con típica celosía o enrejado que sirve de coro.
Se sucedieron varias reformas destacando la obra de los diez arcos en 1862. En 1870 se lleva a cabo la pintura
del Santuario y de la sacristía. Marcial García pintó los retablos laterales de la Ermita en 1866.
Un sencillo porche o pórtico cubre la entrada principal.
Está sostenido por dos columnas, antiguamente de madera, que se apoyan sobre un petril o muro que rodea la entrada principal a modo de atrio, obra de finales del s. XIX.
En 1871 se lleva a cabo la construcción de un muro de piedra o petril enfrente de la fachada principal que la cierra, a excepción de la puerta principal.
Durante el s. XX pocas son las reformas que se han realizado. En 1987 se hacen las últimas obras importantes: se levantó todo el tejado y se puso madera nueva, se cortó el muro exterior que rodeaba las tres puertas de la fachada y se puso una instalación eléctrica nueva.
En 1641 se fundó la primitiva Ermita, muy rústica en su construcción y pobre en los materiales. Cuando se quedó pequeña para albergar a todos los devotos se construye una nueva Ermita en 1750. Esta obra hizo un templo mucho más capaz para el culto y devoción a la Virgen, que iba en aumento, sin embargo siguió reduciéndose a una única nave central, no siendo hasta 1770 cuando se lleva a cabo la verdadera reforma y ampliación.
En esta ampliación se realizó la bóveda de la capilla mayor y cúpula o media naranja en el crucero de la Ermita. También se llevó a cabo la fachada principal de marcado estilo neoclásico rematada en frontón triangular. Encima del pórtico, hay un ojo de buey que ilumina el coro o tribuna del interior. Remata esta original fachada una pequeña espadaña de un solo vano con su campana y coronada por frontón triangular con óculo central y torrecillas de piedra.
En el año 1782 se realizó la obra de las bóvedas que embelleció enormemente la imagen de la Ermita. Se siguió la moda artística en auge de la comarca: las famosas yeserías del s. XVIII, destacando por su barroquismo en la decoración y viveza de colores. Entre los materiales empleados destacan el yeso y el ladrillo.
Los "canzeles" están formados por tres arcos de medio punto. Encima de los arcos corre una balaustrada de madera con típica celosía o enrejado que sirve de coro.
Se sucedieron varias reformas destacando la obra de los diez arcos en 1862. En 1870 se lleva a cabo la pintura
del Santuario y de la sacristía. Marcial García pintó los retablos laterales de la Ermita en 1866.
Un sencillo porche o pórtico cubre la entrada principal.
Está sostenido por dos columnas, antiguamente de madera, que se apoyan sobre un petril o muro que rodea la entrada principal a modo de atrio, obra de finales del s. XIX.
En 1871 se lleva a cabo la construcción de un muro de piedra o petril enfrente de la fachada principal que la cierra, a excepción de la puerta principal.
Durante el s. XX pocas son las reformas que se han realizado. En 1987 se hacen las últimas obras importantes: se levantó todo el tejado y se puso madera nueva, se cortó el muro exterior que rodeaba las tres puertas de la fachada y se puso una instalación eléctrica nueva.