Eso mismo decimos los que vemos que el tiempo pasa muy a prisa, pero somos jóvenes.
Ya, pero en realidad es así, no hay edad, me parece que os lo he comentado, tengo dos
amigas una de cuarenta y la otra de sesenta y cinco y estamos en la misma onda, no se nota la diferencia de edad. Estoy igual de a gusto con una que con la otra, hay mucha complicidad. A veces nos reimos, yo digo que igual fuimos trillizas en otra vida.