El
pan es uno de los emblemas y de los símbolos centrales de la supervivencia humana, también de la labor del hombre en el tiempo y en el contacto con la tierra. Es el alimento por excelencia, que se da, se recibe y se comparte; símbolo también, por tanto, de los vínculos humanos, de la fraternidad.
Llegar hasta el pan supone haber pasado por toda una serie de labores campesinas que no sólo requieren el contacto con la tierra, con la
naturaleza, sino también la sumisión a unos ciclos temporales,
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