A UN BOTIJO
Sobre el alféizar en su dulce espera
el botijo contiene la alegría
desde un frío de dentro, y desafía
el calor sofocante del afuera.
La humildad de su barro, carcelera
de un agua cantadora en que confía
el pobre campesino en su agonía,
es un lujo de fuente, que libera
su garganta reseca en el trabajo.
Y al llegar a su casa y con su pena,
a la sombra, posado en la alacena
lo descubre feliz, suelta el alijo
y bebe a chorro igual que un agasajo
el alma refrescante del botijo
... (ver texto completo)