Con el paso de los tiempos el molino pasa a ser propiedad de órdenes religioso-militares, abadías, señoríos laicos y cabildos o monasterios, que ejercían el monopolio del transporte del grano y de la harina.
La época dorada de la molinería tiene lugar durante los siglos XVI y XVII, de tal forma, que en aquellas fechas había en la Península Ibérica unos seis mil molinos harineros y otros trescientos artefactos hidráulicos, entre ellos los "batanes", siendo León, la provincia con mayor número de...