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MANZANEDA DE OMAÑA: LEYENDA DE GABRIELA. cuentanantiguas historias, que...

LEYENDA DE GABRIELA. cuentanantiguas historias, que se tienen por muy ciertas, que en un tiempo muy remoto, del que ya nadie se acuerda, en un pueblecito de omaña, cuyo nombre es manzaneda, vivia con su marido, una anciana montañesa, ambos de oficio pastores, en las faldas de la sierra, tenian solo una hija, que se llamaba gabriela, mocita bien parecida, agil graciosa y discreta, de vozclara y penetrante, tan agradable y tan gresca, que alegraba las montañas, con sus lindas cantinelas, y daba gusto el oirla, cuando cantaba en las fiestas, Los dos viejos montañeses, gente sencilla y modesta, dueños de un corto rebaño, y de escasas sementeras, iban pasando la vida, en medio de su pobreza, sin tener comodidades, y sin ambiciones necias, contentos con el producto, del ganado y las cosechas, con alegria en la casa, y la paz en la conciencia, pero en medio del contento, que reinaba en las aldeas, cuando menos lo esperaban, llego la terrible prueba, que cambio las alegrias, en dolores y tristezas, una epoca de hielos, de sequias y tormentas, acabo con los sembrados, y destruyo las cosechas, fueron tres años terribles, de penuria y de miseria, cual nunca se conocieron, en la region montañesa, gentes que jamas sintieron, el rigor de la pobreza, vieronse al fin obligados, a dejar casa y hacienda, yendo a buscarse la vida, lejos de su propia tierra, llego tambien la desgracia, a los padres de gabriela, que lloraron sin consuelo, dias y noches enteras, y viendo que el infortunio, llamaba recio a sus puertas, que faltaban los recursos, y que aumentaban las deudas, acosados por el hambre, que amenazaba muy cerca, y daba gusto el oirla, cuando cantaba en las fiestas, pero en medio del contento, qu reinaba en las aldeas, cuando menos lo esperaban, llego la terrible prueba, que cambio las alegrias, en dolores y tristezas, una epoca de hielos, de sequias y tormentas, llegaron al duro trance, de vender cabras y ovejas, y empeñar todos los frutos, de las futuras cosechas, quedando aquella familia, en una afliccion extrema, sin los medios que tenian, de ganar la subsistencia, pudieron los dos ancianos, sostenerse a duras penas, viviendo bajo el amparo, de familias limosneras, pero la joven mocita, llevada de la tristeza, creyendo ser vergonzoso, vivir en tanta pobreza, tal vez mal aconsejada, de la ambicion o soberbia, se despidio de sus padres, y se fue de manzaneda, ¡dios libre a la jovenciata, del afan por las riquezas, mil veces mas peligrosas, que la escasez de la aldea!, pasaron algunos años, sin noticias de gabriela, mientras lloraban sus padres, y oraban a dios por ella, pero la moza ya lejos, de sus padres y su tierra, llena de mil ambiciones, vanidosa y desenvuelta olvidando sus deberes, y el honor de la conciencia, corrio pueblos y ciudades, hallo plata y vistio seda, pero perdio el gran tesoro, del pudor y la inocencia, como la oveja perdida, es la joven montañesa, que va sola por el mundo, sin tener quien la proteja, si falta una mano amiga, que la guia y la defienda, si no hay un angel divino, que los peligros le advierta, como la oveja extraviada, sera presa de las fieras, asi fue la negra historia, de la mocita gabriela, soñaba en comodidades, en dinero y en riquezas, y al cabo de algunos años, vio con amarga experiencia, fallidas sus esperanzas, y las ilusiones muertas, lloro al fin su desventura, comprendio sus ligerezas, vio su juventud marchita, y el alma triste y desierta, en medio de sus locuras, tuvo una feliz idea, (era un aviso del cielo, que llegaba a su conciencia), volvio los ojos llorosos, a los valles de su tierra, se acordo de los cariños, de aquella madre tan buena, envidio los bellos dias, cuando vivia contenta, cuando todos la apreciaban, porque era honrada y honesta, cuando pasaba las horas, con las mozas de la aldea, cantando alegres canciones, los domingos y las fiestas, siendo de todos querida, porque era sencilla y buena, sintio el corazon herido, de angustia y amarga pena, y haciendo un supremo esfuerzo, de valor y de firmeza, resolvio cambiar de vida, aunque pasara vergüenza, enjugo pronto sus lagrimas, entro resuelta a una iglesia, confeso todas sus culpas, recibio la penitencia, y al tiempo de comulgar, hizo solemne promesa, de abandonar la ciudad, y volver a manzaneda, aunque se viera obligada, a guardar cabras y o v e j a s. MI ALDEA URBANO ALVAREZ LOPEZ
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Maxi, qué entretenido y curioso este relato, muchas gracias por ponerlo!
No te conozco, ¿eres de Manzaneda? ¿De qué familia eres? Perdona, es que no conozco mucho!