Una vez fuimos al Ablanal pues había un nido de un milano, fuimos tod@s los chavales a quitarlo, pues el milano venía a la Ancorrada o a la Cuesta Brimeo a por las gallinas. Cuando llegamos allí, no se atrevia ninguno a subir por miedo al milano que volaba por allí. Yo ni corta ni perezosa dije que subía, me colocaron un palo a la espalda y allá que subí mientras todos me observaban expectantes desde el suelo. El milano venía, pero yo le daba con el palo y acabe con los polluelos; ya no recuerdo si eran dos o tres.
Nunca le tuve miedo a nada (exceptuando a los lobos), era (soy) muy valiente
Nunca le tuve miedo a nada (exceptuando a los lobos), era (soy) muy valiente