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MANZANEDA DE OMAÑA: Sí Maite, yo tambien comparto contigo experiencias...

Un verano mi madre me dejaba ir a la presa que pasa por la casa de Federico con un cajon y unos trapos, cuando bajaba por la calea me pegue un trompazo con el cajon y los trapos y una piedra en la rodilla sangraba como se dice en Manzaneda como un gocho, todavia tengo la cicatriz.

Sí Maite, yo tambien comparto contigo experiencias similares, tengo cicatrices en las dos rodillas, otra en la frente. Esta última me la hice, cuando tenía dos años, me caí en unas rocas en una playa de La Coruña y según mi madre tambien sangraba como un cerdito. En la pierna me clavé un anzuelo (tambien pequeñina, yo) y tengo otra cicatriz. Pero vamos que de secano tambien hay otras