Omaña fue nombrada Reserva de la Biosfera en 2005, pasando a formar parte del proyecto denominado Gran Cantábrica y La Red Mundial de Reservas de la Biosfera creada por la Unesco. El objetivo que persigue este plan es crear un marco que permita coordinar la utilización de toda la Cordillera Cantábrica, aprovechando su proximidad geográfica, algo que permitirá asegurar la conservación de grandes mamíferos en peligro de extinción, como el lobo, el urogallo o el oso, a la vez que favorecerá un ecoturismo de calidad y una industria responsable en la zona.
La Cordillera Cantábrica es una unidad de alto valor ambiental, que cuenta con unos paisajes, hábitats y especies de fauna y flora que se ha considerado deben ser conservados por tratarse de especímenes singulares y en ocasiones únicas. Entre estas especies destaca el oso pardo, en peligro de extinción, la perdiz pardilla o la liebre del piornal. La flora existente en estas zonas también ha sido declarada de especial interés por contar con numerosos ejemplares, entre los que se pueden incluir varias especies que sólo se han encontrado en estos parajes.
Estas medidas contribuirán a que estos territorios leoneses sigan manteniendo la riqueza paisajística que les caracteriza, y a que la fauna y la flora que los hace únicos pueda seguir desarrollándose, evitando así su desaparición.
Tras los años 80 con la decadencia de la agricultura y la ganadería muchos fueron los que abandonaron ésta, su tierra, para trabajar en la ciudad, quedando Omaña como un refugio donde descansar y reflexionar. Así, hoy se ha convertido en un destino turístico, al ofrecer la comarca la posibilidad de conocer una amplia variedad de pequeños pueblos donde aún se conserva la tradicional vida del campo y en los que difícilmente se supera la decena de habitantes.
El desarrollo del turismo rural en toda España y en especial en zonas de montaña ha propiciado que muchas personas hayan decidido quedarse en su lugar de nacimiento, con el objetivo de desarrollar un turismo de calidad compatible con la premisa del "desarrollo sostenible". Una oferta que permite al viajero encontrar en Omaña un lugar donde perderse.
El río Omaña es hoy por hoy conocido por pescadores de todo el mundo gracias a sus famosos cotos de pesca de El Castillo y La Omañuela, donde la trucha emerge con fuerza e incluso aún se pueden encontrar nutrias, gracias al especial cuidado que se pone en la conservación de la pureza de sus aguas. Este río, unos de los pocos de León que no se convirtió en embalse durante los tiempos de la dictadura y sucesivos, ha sido una fuente de vida a lo largo de la historia para las gentes de su ribera. Vitalidad que hoy en día sigue aportando a la comarca, atrayendo a ella turistas ansiosos de disfrutar de la virginidad e invariabilidad de la naturaleza.
La Cordillera Cantábrica es una unidad de alto valor ambiental, que cuenta con unos paisajes, hábitats y especies de fauna y flora que se ha considerado deben ser conservados por tratarse de especímenes singulares y en ocasiones únicas. Entre estas especies destaca el oso pardo, en peligro de extinción, la perdiz pardilla o la liebre del piornal. La flora existente en estas zonas también ha sido declarada de especial interés por contar con numerosos ejemplares, entre los que se pueden incluir varias especies que sólo se han encontrado en estos parajes.
Estas medidas contribuirán a que estos territorios leoneses sigan manteniendo la riqueza paisajística que les caracteriza, y a que la fauna y la flora que los hace únicos pueda seguir desarrollándose, evitando así su desaparición.
Tras los años 80 con la decadencia de la agricultura y la ganadería muchos fueron los que abandonaron ésta, su tierra, para trabajar en la ciudad, quedando Omaña como un refugio donde descansar y reflexionar. Así, hoy se ha convertido en un destino turístico, al ofrecer la comarca la posibilidad de conocer una amplia variedad de pequeños pueblos donde aún se conserva la tradicional vida del campo y en los que difícilmente se supera la decena de habitantes.
El desarrollo del turismo rural en toda España y en especial en zonas de montaña ha propiciado que muchas personas hayan decidido quedarse en su lugar de nacimiento, con el objetivo de desarrollar un turismo de calidad compatible con la premisa del "desarrollo sostenible". Una oferta que permite al viajero encontrar en Omaña un lugar donde perderse.
El río Omaña es hoy por hoy conocido por pescadores de todo el mundo gracias a sus famosos cotos de pesca de El Castillo y La Omañuela, donde la trucha emerge con fuerza e incluso aún se pueden encontrar nutrias, gracias al especial cuidado que se pone en la conservación de la pureza de sus aguas. Este río, unos de los pocos de León que no se convirtió en embalse durante los tiempos de la dictadura y sucesivos, ha sido una fuente de vida a lo largo de la historia para las gentes de su ribera. Vitalidad que hoy en día sigue aportando a la comarca, atrayendo a ella turistas ansiosos de disfrutar de la virginidad e invariabilidad de la naturaleza.
Maravillosa noticia Marilin... el turismo en España, sea del tipo que sea, es sin duda una de sus principales industrias... no obstante, en relación al turismo rural de la comarca, me asalta una pregunta... las gentes que han decidió quedarse en sus pueblos con el objetivo de contribuir a que este turismo se desarrolle con calidad y beneficie tanto a turistas, a la comarca y a la economía de ellos mismos... ¿qué hacen en invierno... cómo subsisten?... ¿cuentan con algún tipo de apoyo estatal... o como se le diga por allí?... ¿o el turismo también se realiza en invierno?
Pues la verdad que en el tema del turismo rural por estos lares no te puedo dar mucha información. Si sé que en Murcia daban subvenciones.
Seguro que Toña te puede dar más información
Seguro que Toña te puede dar más información