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MANZANEDA DE OMAÑA: Todo trémulo y nidio, cantor de los marjales,...

Todo trémulo y nidio, cantor de los marjales,
el sapo hila cadejos de leyenda en su rueca;
tiene el ojo fatídico de los dioses bestiales,
y es deforme y enano como un ídolo azteca.
Espigador de ritmos en el silencio brujo,
sacerdote del éxtasis en las verdes orillas...
Siempre que lo contemplo me sugiere el dibujo
de un adiposo Buda, soñador en cuclillas.
Ciego de los romances, ronco de trasnochada,
el de la flauta anfibia y las manos en cruz,
y la humilde anguarina de esmeralda mojada,
y los ojos saltones espantados de luz.
Salud, hermano el sapo: te persiguen las gentes
porque dicen que tienes la baba emponzoñada,
porque eres triste y feo, porque embrujas las fuentes,
porque pareces una canción despatarrada;
y tú, poeta oscuro sin amor ni fortuna,
tú, sapo franciscano, sin sol y sin hogar,
cantas sobre los campos encharcados de luna
recordando el silencio con tu humilde cantar.
Salud, maestro el sapo, poeta de rodillas:
da humildad a mi verso; la humildad de cristal
con que mirais lo eterno de las cosas sencillas
el sapo y los filósofos: meditando en cuclillas.
Mi infancia sabe a música de tu flauta rural.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola MARILIN, ya solo falta el Principe, a no que son la ranas las que se convierten en Princesas, un saludooo