Que sois cinco ¡que bien1
Pues la verdad es que me hace mucha ilusión, entrar en el nuevo año rodeada de mis seres queridos.
Pues claro Marilin es lo mas grande
hola ya volví
.... ¿y?
HAyyyyyyyyyyyyyyyyyy por favor no me entero de nada.
A VER B. M Y YO somos del otro lado del rio, de la comarca de LA LOMBA. que en su origen se llama LA LOMBA DE CAMPESTREDO
La política administrativa y judicial del territorio omañés, ha presentado diversas jurisdicciones a lo largo de la historia que llegan a nuestro conocimiento a través
de antiguas escrituras de compra-venta, o por medio de donaciones a monasterios
de la zona, privilegios reales y Juras de Heredad entre la nobleza. Como divisiones,
con entidad jurídica propia, aparecen en la Edad Media los concejos de Los Travesales, Paredes, La Lomba de Campestredo, Omaña y Villamor de Riello.
de antiguas escrituras de compra-venta, o por medio de donaciones a monasterios
de la zona, privilegios reales y Juras de Heredad entre la nobleza. Como divisiones,
con entidad jurídica propia, aparecen en la Edad Media los concejos de Los Travesales, Paredes, La Lomba de Campestredo, Omaña y Villamor de Riello.
Muchas gracias a los dos por la información, hoy hemos aprendido geografia
Dany, tenemos que enseñar La Lomba a estas chicas.......
Caminando desde Riello a Rosales.
No es fácil adentrarse en La Lomba sin una referencia puntual que oriente a los curiosos visitantes primerizos en
la ruta a seguir para poder disfrutar del ameno recorrido sin necesidad de doblar la ruta. Desde Riello, la
capital municipal con más entidades locales de toda la provincia —pues tiene la friolera de 39 pueblos— sale
una carreterita que muere en El Castillo, al lado de Vegarienza. Sus muchas curvas y riesgo de patinaje en
tiempo de heladas, aconsejan prudencia a los conductores, máxime cuando para recorrer unos doce kilómetros hay que subir desde los 1.050 metros de Riello hasta los 1.320 de Rosales, para bajar nuevamente a los 1109
de Vegarienza.
la ruta a seguir para poder disfrutar del ameno recorrido sin necesidad de doblar la ruta. Desde Riello, la
capital municipal con más entidades locales de toda la provincia —pues tiene la friolera de 39 pueblos— sale
una carreterita que muere en El Castillo, al lado de Vegarienza. Sus muchas curvas y riesgo de patinaje en
tiempo de heladas, aconsejan prudencia a los conductores, máxime cuando para recorrer unos doce kilómetros hay que subir desde los 1.050 metros de Riello hasta los 1.320 de Rosales, para bajar nuevamente a los 1109
de Vegarienza.
Son pueblos muy holladeros, y aún conservan ese regusto que nosotros valoramos como esencias leonesas, de mantener en boca de sus mayores —pues los pequeños sólo vienen en vacaciones— el peculiar decir fermoso,
que contaba nuestro recordado Florentino Agustín Diez: «Chacha, con cachelos, el llosco y la fugaza ya puedes
criar güenas fuerzas para atar las gaviellas, lliuvar el cuelmo, atar mañizos y cargar con una quilma de media carga
que contaba nuestro recordado Florentino Agustín Diez: «Chacha, con cachelos, el llosco y la fugaza ya puedes
criar güenas fuerzas para atar las gaviellas, lliuvar el cuelmo, atar mañizos y cargar con una quilma de media carga
Entre las leyendas más entroncadas, con la inevitable presencia y colaboración de La Virgen, se cuenta el
suceso protagonizado por las atribuladas gentes de La Lomba, que asoladas sus cosechas por la pertinaz
sequía de, sabe Dios qué año, se postraron a los pies de aquella virgencita milagrera aparecida en el hueco
de un árbol, para implorar el beneficio de una lluvia redentora que acabara con la sequía.
Lluvia que el Cielo envió con abundancia y fructificó las resecas mieses que pronto se convirtieron en dorado
trigo que terminó llenando los graneros que aseguraban «el pan nuestro de cada día».
Y de ahí recibió La Virgen y su ermita el nombre que para todos los omañeses viene siendo signo de veneración
y no pocas connotaciones reivindicativas: Pan Dorado.
suceso protagonizado por las atribuladas gentes de La Lomba, que asoladas sus cosechas por la pertinaz
sequía de, sabe Dios qué año, se postraron a los pies de aquella virgencita milagrera aparecida en el hueco
de un árbol, para implorar el beneficio de una lluvia redentora que acabara con la sequía.
Lluvia que el Cielo envió con abundancia y fructificó las resecas mieses que pronto se convirtieron en dorado
trigo que terminó llenando los graneros que aseguraban «el pan nuestro de cada día».
Y de ahí recibió La Virgen y su ermita el nombre que para todos los omañeses viene siendo signo de veneración
y no pocas connotaciones reivindicativas: Pan Dorado.
¿Pandorado pertenece a La Lomba?
nooooooooooooooooo por dios Marilin